EL MUSEO IMAGINARIO

La Taquería, un puente entre dos mundos

El editor Ilya Pérdigo hermana su pasión por la literatura y su pasión por México en esta taberna próxima a la Sagrada Família

Ilya Pérdigo

Ilya Pérdigo / periodico

IMMA MUÑOZ

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Ilya Pérdigo, editor de <strong>Alrevés</strong>, le apetece una dosis de picante en un momento muy dulce. Viene de una semana de promoción loca (y de una atención mediática infrecuente) con 'Tenía que sobrevivir', el libro en el que Roberto Canessa, superviviente de la tragedia aérea narrada en '¡Viven!', cuenta cómo ese hecho inspiró su vocación para salvar vidas; Jordi Ledesma, el autor de 'Lo que nos queda de la muerte', una novela que Pérdigo no se cansa de recomendar, acaba de ganar el premio Pata Negra, y Alrevés editará las dos próximas novelas de Andreu Martín, maestro del 'noir'. Ahí es nada.

Aprovechando esa conjunción tal vez no de los astros pero sí de las musas, le pedimos que nos cuente qué incluiría él en nuestro Museo Imaginario, y ahí es donde entra el picante: el del chile verde y el chile rojo que acompañan los platos de <strong>La Taquería</strong>, un local que se autodefine como de «auténtica gastronomía callejera mexicana», y que Pérdigo frecuenta porque le devuelve a los años que vivió en México. «Fue mi debut en el mundo editorial. Iba a ir por un año, pero me contrataron en Ediciones Urano y, cuando me planteaba volver, me ofrecieron ser director comercial», explica. Así que se quedó cinco antes de regresar a Barcelona con la idea de crear su propia editorial en mente.

Ocho años después, la experiencia mexicana le sigue marcando. No solo porque del D. F. se trajo a su mujer, sino porque ha centrado buena parte de su actividad en la Associació d'Editors en Llengua Catalana, y sobre todo en el grupo de editoriales independientes Llegir en Català, en tender puentes entre Catalunya y Latinoamérica, un lugar que bulle de «entusiasmo editorial» y con un enorme potencial para los autores catalanes. «Todo el mundo debería vivir un tiempo en otro país. No solo como reto profesional, sino también para sentir en la propia piel qué importante es que te acojan, algo que aquí no siempre hacemos. Hay que tener memoria, y más en los tiempos que vivimos», dice. Amén. ¡Y ándele!