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'Paddle surf' a cuatro patas

Nuestro horizonte marino se vuelve a ver peludo tras la casi extinción del macho alfa ibérico. Lo que se lleva ahora es sacar a pasear al perro sobre las olas

ANA SÁNCHEZ

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Lo jurarías sobre la tumba de '<strong>Lassie</strong>': en la Barceloneta están haciendo 'paddle surf' a cuatro patas. No, no son turistas de resaca. Seis perros surfean sobre tablas con más parsimonia que 'Rastreator' comparando seguros. Nuestro horizonte marino se vuelve a ver peludo tras la casi extinción del macho alfa ibérico. Ahora lo que se lleva es sacar a pasear al perro sobre las olas.

«La única limitación es que al perro le guste el agua», dice Pat. Poco sabe ella de limitaciones. Patricia Guerrero -<strong>PAT Educadora Canina</strong>- practica hasta yoga con perros (<strong>doga</strong>, se llama eso de estirar la pata en formato asana). Los dueños la miran como al encantador de perros de la tele: con la convicción de que hasta la mascota de 'Los Simpson' se le cuadraría.

Hoy han venido 6 canes con «sus personas», que dice Pat. Hay 7 tablas. Han atado dos en paralelo para que Mayte y su perra vayan acompañadas. «Es valiente hasta límites insospechados», resopla Pat. Mayte se quita importancia. «Me encanta la aventurilla», replica acariciando a 'Kava', su labrador. «Perro guía», pone en el arnés. «Es más valiente que los que ven», insiste Patricia. Queda claro en cuanto Mayte enumera sus 'hobbies': senderismo, kayak, hípica... «La limitación te coarta -explica-, y así ganas una porción de libertad». Hace dos años que cambió el bastón por su perra guía. «Yo soy de gatos», se ríe.

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Es el tercer 'paddle surf' perruno que organiza Patricia con las tablas 'dog friendly' de <strong>Ungravity</strong>. «Está gustando mucho», dice. ¿Ventajas? «Compartir aventuras con tu perro te une más a él». Las sesiones han pasado a la <strong>playa de Llevant</strong>, la única que pueden pisar los canes en verano. La próxima cita, de momento, es el 14 de julio.

«Que nadie obligue a su perro a entrar en el agua si no quiere». Pat da instrucciones antes de subirse a la tabla. Es la primera vez para todos. La mayoría de mascotas tiran de la correa hacia el mar. Solo 'Maleé', una cachorrita de labrador, esquiva las olas como si fueran corrosivas. «Es la primera vez que se mete en el mar», dice Alba, su dueña.

CALENTAR LAS PATAS

Lao, el director de <strong>Ungravity</strong>, explica cómo remar (a los humanos). Patricia les enseña a calentar la musculatura de sus perros. «Aunque no lo parezca, necesitan calentar y estirar después».

Los primeros en subir a la tabla son Adriana y 'Hiro', un border collie con chaleco salvavidas. «Tiene 7 años», justifica su dueña. Hiro salta sin miedo, como si fuera descendencia directa de '<strong>Rex</strong>'. Les siguen Jonatan y 'Frey', un golden. ¿Nerviosos? «Un poco». Frey solo remoloneará unos segundos. 'Kava', la perra guía de Mayte, entra al mar como una marinera resabiada. Mayte tampoco titubea. «Me pondré de pie, ¿no?».

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«¡A remar!», incita Pat. Los dueños reman; los perros mueven las colas. Se les pone la misma cara de felicidad que cuando sacan la cabeza por la ventanilla del coche. El horizonte se va llenando de tablas con lenguas fuera. Hasta 'Maleé', la cachorrita, termina saltando de tabla en tabla. «Muy divertido», dicen los dueños. «Muy diferente».

Patricia va nadando de tabla en tabla dando premios a los perros. «Ahora, cuando vean un tiburón, pensarán que viene a darle chuches», añade riendo.

«Teníamos muchas ganas», dice Lucía con 'Auryn', su labrador, sentados mar adentro. Terminarán surfeando de pie. (Y hoy cuesta mantener el equilibrio hasta sin perro). Ningún humano puede reprimir la sorpresa perruna: «Guau».