CIUDAD ON

El 'top 5' del cazador de patatas bravas

Con el 'allioli' que ha comido este hombre, mataría con un «hola» a todos los vampiros de 'Crepúsculo'. Ha probado y clasificado 850 tapas

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Ana Sánchez

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Mires donde mires, hay alguien con unas bravas. Parece una metáfora del mundo, ahora que todos tenemos que comernos la actualidad con patatas. Esto es Senyor Vermut, un templo del picante donde los labios te arden por ósmosis. Aquí te entran impulsos 'foodies' sin querer. Antes de agarrar el tenedor, sacas el móvil por inercia y disparas una ráfaga de fotos que instagrammear. Edu te mira con cara de padre, coloca una servilleta arrugada bajo el plato con maneras de veterano. «Para que tengas mejor ángulo», te dice. Es el más indicado para dar consejos por las bravas. Ahí donde lo ves, ha probado y clasificado 850 tapas diferentes de patatas.   

 Edu González,  44 años. «Un químico loco», se resume en su blog. El 'Breaking bad' de las patatas bravas. Con el 'allioli' que ha comido, mataría con un «hola» a todos los vampiros de 'Crepúsculo'.  «Recibiría represalias desde Transilvania», asiente él.

«El bravero», lo llaman ya, «el rey de las bravas». Patatas Bravas Hunter (el cazador de bravas), se ha rebautizado en Instagram. Ahí acumula 19.800 seguidores y más de 700 raciones con flas. En total, ha catado 850, unas 500 en Barcelona, desde que creó su blog, hace 9 años. «Todo es demostrable», garantiza. Lo tiene en Excel. ¿Su top 5? 1. Senyor Vermut (Provença, 85). La Porca (Mata, 16). 3. Mitte (Villarroel, 106). 4. El Tap (Constança, 8). Y 5. Informal (calle de la Plata, 4).

Abrió el blog de bravas por el mismo motivo por el que se realizan las mejores hazañas en este país: alguien dijo «¿a que no hay huevos?». Vio un reportaje con «las 25 mejores bravas» y él soltó: «No estoy de acuerdo en nada». «Hazlo tú, listillo», le dijeron sus amigos. Y no hubo huevos, pero sí muchas patatas.   

¿Lo más raro? Edu enseña una foto de la porra con salsa brava de Arroz Hofmann. Ha comido bravas de boniato, de yuca, de calabaza. En versión gofre (en el Bar But), y copa (en el Pan & Oli de Sants, y en el Rosal 34 de Poble Sec). «Y mil versiones de los cilindros que Arola hizo en los 90 –añade–: la brava inversa, patata rellena de salsa». Ha catado hasta hamburguesas y tortillas bravas. Eran tapas temporales de las Limited Editions, un invento de este cazador: 10 bares y restaurantes elaboran de vez en cuando 10 platos inspirados en el blog. 

Edu desenfunda el móvil y un foco portátil. Suele hacer 50 fotos de media por ración. Se pasa 20 minutos disparando. «Me las como frías. Muchas veces tienen la gentileza de hacerme otras».  

Parece un Robocop en versión gastro. Nada más ver el plato, te dice qué tipo de patata es. «Esta es agria, resiste muy bien la fritura». Y pincha una sin salsa. «Ha hecho una pochada y la ha frito a fuego vivo –adivina–. Dos frituras. Hay quien hace tres. Hay quien las pone primero en el horno. Hay de todo lo que te puedas imaginar». 

No se te ocurra preguntar la receta de las salsas. Son tan secretas como la fórmula de la Coca-Cola. «No la sé ni yo», asegura Jordi, el dueño de Senyor Vermut. Las suyas son bravas-bravas. De esas con las que se te queda pose de dragón de 'Juego de tronos'. Los labios queman, pero no puedes dejar de comer. «Son de las picantes», asiente Edu. Pero un picante soportable. ¿La número 1? Las infierno del Caramba Tapas, responde.    

¿Conclusión? «El Tomás está superado». En Barcelona el nivel «es bestial», asegura. «Y hay una competencia alucinante. Me llaman los restaurantes: ‘¿Puedes venir a probarlas para ver si son mejores que tal o cuál?’».  Oye, y no engorda ni un gramo. «Mi novia –sonríe– es entrenadora personal».