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Para ser feliz busca el 'hygge'

¿Creías que alcanzaste tu 'summum' nórdico al pedir una estantería Billy en Ikea? Ahora toca buscar el 'hygge': es el secreto de la felicidad danesa. Te descubrimos dónde encontrarlo en Barcelona

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Ana Sánchez

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Preguntar qué es 'hygge', a estas alturas, vendría a ser como preguntar en qué trabaja Paquirrín: es una obviedad, aunque nadie sepa contestar con exactitud. Es la palabra ubicua que replican los modernos con la devoción con la que antes recitaban el catálogo de Ikea. ¿Creías que habías alcanzado tu 'summum' nórdico al pedir una estantería Billy? Terminarás el invierno siendo un experto por ósmosis. Ya se habla de «obsesión por el 'hygge'». El nuevo mandamiento 'hipster': «Descubre el secreto de la felicidad danesa», predican los libros. ¿Por qué? Porque Dinamarca es el país más feliz del mundo, según el último ránking de la ONU. Todos los países nórdicos se agrupan en el 'top 10'.

Hablemos con propiedad danesa: 'hygge' se pronuncia hu-ga (la hache es aspirada y la a, una mezcla de a y e). Bibi Hansen lo explica con paciencia de profesora. Lo es. Cofundadora del <strong>Institut Nòrdic</strong>. Es la única escuela de España que enseña los cinco idiomas nórdicos en todos sus niveles.

Bibi lleva 30 años en Barcelona, pero mantiene de Dinamarca el acento y una amabilidad extrema. ¿Qué es 'hygge'? «No hay traducción literal -responde-. Es una atmósfera, un estado de paz, calma, confort». Casa + mantita + velas + bollería 'homemade'. Es disfrutar de lo sencillo. «Sentirte seguro. Feliz». Moraleja: se multiplican los locales nórdicos como si a los 'hipsters' les hubiera poseído el espíritu de <strong>Vickie el vikingo</strong>. Aquí te descubrimos dónde encontrar en Barcelona un buen chute de 'hygge' del bueno. 100% danés.

{"zeta-legacy-image-100-barcelona":{"imageSrc":"https:\/\/estaticos.elperiodico.com\/resources\/jpg\/4\/6\/1484851890664.jpg","author":null,"footer":"\u00a0Caf\u00e9 Cometa, rinc\u00f3n dan\u00e9s y b\u00e1sico 'hipster' de\u00a0Parlament."}}<strong>Galería Cosmo</strong> (Enric Granados, 3). Es acogedor, no; lo siguiente, tampoco; lo otro. Aquí uno se ve hasta hasta más rubio. «Hacemos un gran esfuerzo para crear 'hygge'», reconoce Thomas. Hace 8 años que este danés inauguró Cosmo con su novia, Regina. Ya han abierto otros dos locales que parecen arrancados de cuajo de Copenhague: <strong>Orion </strong>(Gran Via, 511) y <strong>Cometa</strong> (Parlament, 20), ahora básicos 'hipsters'. Su fórmula nórdica: madera, arte, plantas y productos que tomar con calma: 'chai latte', pasteles, cafés extra 'large'.

{"zeta-legacy-image-100-barcelona":{"imageSrc":"https:\/\/estaticos.elperiodico.com\/resources\/jpg\/0\/6\/1484934347060.jpg","author":null,"footer":"Britta's Nordic Deli. Su due\u00f1a te\u00a0har\u00e1 sentir como en casa en este colmado n\u00f3rdico. \u00a0"}}<strong>Britta's Nordic Deli </strong>(Bonavista, 29). No sabrás qué es el 'hygge' hasta que no conozcas a Britta. Esta danesa te hace sentir como en casa en un pequeño colmado nórdico. Puedes comprar pescados ahumados, salsas caseras, caviar de algas, pan vikingo, zumos de flor de saúco... Déjate recomendar: Britta te haría quedar bien aunque invitaras a cenar a la sirenita. Aprenderás a decir 'tak' (gracias en danés).

<strong>Mikkeller Bar </strong>(València, 202). Si no encuentras la felicidad danesa, aquí al menos te garantizan el puntillo. Tienen 24 tiradores de cerveza artesana, la mayoría danesas. Muchos cerveceros vienen en peregrinaje en busca de una Mikkeller. Es una cervecería, sí, pero no te faltará ni tu vela ni tu plantita.

<strong>Pappa Sven </strong>(Villarroel, 22). Hay cornamentas en la pared, ventana de pega con vistas al Mar Báltico, piel de reno. «La gente piensa que es de lobo», se ríe Nina. Ella no es danesa, sino sueca, pero su restaurante se ha ganado el mote de «reducto nórdico». Lleva 7 años. Al leer la carta te dará la sensación de atentar contra Papá Noel. Aquí se come reno, claro. Hazte el sueco y di que necesitas un SOS (Smört, Ost, Sill, mantequilla, queso y arenque). Chute de felicidad nórdica. Nina baja la voz, se ríe y susurra: «Se vive mejor aquí».