Viajes de ida y vuelta en la Estació de França

Ana de Fortuny. Comercial.

"La veía desde las aulas de la Pompeu y a la hora del café la visitaba. La <strong>Estació de França</strong> fue el lugar donde la niña creció y llegó la mujercita. La entrada a la universidad es lo que tiene (o tenía). Dieciséis años después me invade la sensación de querer recuperar a aquella niña. La que cada tarde, fascinada, observaba cómo se cruzaban personas y personajes, todos y cada uno de ellos con una historia detrás. Me sentía tan absorbida, que en vez de subir a clase me quedaba sentada en el bar, escribiendo. Siempre con libreta y boli en mano, capturando en el papel lo que creía que podía ser la vida de todo aquel que pasaba por allí. Redescubrí mi pasión por la escritura (que aún perdura) y conocí a una Barcelona de ida y vuelta. Y hoy, en el 2017, sé que tenía que volver. Todo sucede por algo".