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¿Estás preparado para morir en el teatro?

Esto es 'Escape Show': tienes 90 minutos para encontrar el antídoto del gas con el que acaban de rociar a toda la platea. Es el primer espectáculo de escape en teatro. En el Poliorama

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Ana Sánchez

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«¿Estás preparado para morir?». Te lo sueltan así, plam, nada más empezar. Tú te remueves en la butaca del teatro como si estuvieras en una de las películas de '<strong>Scream</strong>': con la risa floja y el culo apretado. Miras alrededor -por si acaso- a ver si tienes cerca a una rubia con escote o a un negro, que son siempre los primeros en morir en las pelis americanas. No hay suerte.

«No apaguen los móviles», te piden. Durante este 'show' se puede retuitear, hacerse amiga de Facebook de la presentadora e incluso toser. Y, sobre todo, gritar. Eso no lo dicen, pero se comprueba en pocos minutos. La presentadora parece sacada de los distópicos juegos del hambre: es una 'show woman' con pinta de dibujo animado y labia macabra. Lleva pegados dos ayudantes a los que enseguida se les ve un deje a las gemelas de 'El resplandor' pero en chico. Los tres van dando instrucciones siniestras a lo concurso de la tele. Hay un asesino psicópata convidado y suficientes tanques de gas tóxico para toda la platea. «¿Estás preparado para morir?». «Sííííí», dice el público a coro.

Esto es <strong>Escape Show</strong>. «El primer espectáculo donde escapas o mueres», advierte el cartel sin disimulos. Tienes 90 minutos para encontrar el antídoto del gas con el que te acaban de rociar. Igualito que en un 'escape room', ese juego ubicuo -calculan que hay unos 50 solo en Barcelona- que se ha puesto tan de moda que en breve ni la policía será capaz de retener a un barcelonés en una habitación más de una hora.

Es el primer espectáculo de escape en un teatro. «Que tengamos conocimiento, a nivel mundial», apunta su ideólogo, Ivan Tapia, diseñador de enigmas de la empresa de ocio <strong>Cocolisto</strong>. Eso significa que juegas con las 500 personas de la platea del <strong>Poliorama</strong>. Empiezas sonriéndoles tímidamente y terminas confiándoles la vida, como si te hubieran soltado en medio de '<strong>The walking dead</strong>'.

«Hay gente muy hábil», dice una espectadora tras acabar el 'show' viva. Tiene razón: te vas convencido de que la humanidad sobreviviría a cualquier apocalipsis si dependiera de enigmas sesudos en vez de de una panda de zombis. Te sientes a ratos el Robert Langdon de '<strong>El código Da Vinci</strong>', a ratos «un parásito de la sociedad», confesaba una espectadora mientras suplicaba al vecino que le chivara una de las soluciones.

El 'Escape Show' no ha dejado víctimas, que se sepa. «Si ha muerto alguien -se ríe Ivan-, no ha conseguido explicarlo». Tras el Poliorama, se irá de gira por Catalunya. «Y muy pronto saldremos fuera», adelanta su guionista.

«Los juegos de escape han venido para quedarse y no tienen límite», pronostica Ivan. De hecho, ya se puede practicar escapismo hasta leyendo. El fundador de Cocolisto acaba de publicar el primer <strong>Escape Book</strong> (Lunwerg). Sí, sí, un 'escape room' en papel. El libro tiene las páginas desordenadas y es el lector -coprotagonista- quien le da sentido resolviendo los acertijos. Por si alguien pensaba pasar página.