el museo imaginario

La carretera de les Aigües, un lugar donde desconectar

El pintor y cineasta Albert Madaula disfruta de sus "escapadas" a este mirador de Collserola para caminar

Albert Madaula, en la carretera de les Aigües

Albert Madaula, en la carretera de les Aigües / periodico

Laia Zieger

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Albert Madaula luce camisas de estampado 'arty' y un estilo moderno-desenfadado con el que bien encajaría en cualquier espacio de moda de las grandes capitales mundiales. En Barcelona, ha vivido en el Gòtic, el Born y ahora Gràcia –"me quedaría vivir en el Poblenou, cuya atmósfera creativa me atrae mucho", explica-, y su cuartel general artístico está en uno de estos maravillosos pisos señoriales del Eixample en los que abunda la luz natural que llega desde una galería acristalada que da a un patio interior que recuerda aquellas escenas de 'La ventana indiscreta', de Alfred Hitchcock. Así es Madaula, uno de los artistas, pintores y directores de cine barceloneses más prometedores de la escena actual, 100% urbanita a simple vista.

Por eso mismo, cuando le pedimos que elija su lugar favorito de Barcelona era fácil imaginar que el espacio elegido sería un bar de espíritu bohemio del Raval, una antigua fábrica del Poblenou, una galería de arte transgresora o un edificio recóndito pero maravilloso que solo conocen unos pocos privilegiados en la ciudad. En suma, un lugar 'cool', cosmopolita e, incluso, algo clandestino con tanto caché como él.

PARA DESCONECTAR Y ANDAR

Pues no. Madaula se decanta, ¡oh, sorpresa!, por escoger como 'su' rincón en la ciudad la carretera de les Aigües. Ese sitio de sobra conocido por los más deportistas, ya que sirve de pista de entrenamiento al aire libre a corredores y ciclistas. "Tengo dos caras: me encanta el mundo urbano, pero también me es imprescindible el contacto recurrente con la naturaleza. Siempre que me siento un poco agobiado y necesito desconectar de Barcelona y andar, vengo aquí", confiesa. 

Se le ilumina la cara cuando habla de estas 'escapadas' a la falda del parque de Collserola. "Me fascina este sitio. Tan cerca pero a la vez tan lejos de la ciudad". ¿A qué se refiere con ‘lejos’ si está a 15 minutos del centro? "Eso es lo que tiene de mágico, permite evadirse en nada y estar en plena naturaleza, entre árboles y en un camino de tierra, con vistas estupendas a toda Barcelona. Tan solo llegar ya es una bonita experiencia, ya que hay que coger los Ferrocarrils de la Generalitat, que parecen una atracción. Y allí arriba, nunca pierdes de vista el conjunto de la metrópoli", justifica.

EL MEJOR MOMENTO, EL ATARDECER

Madaula, de 32 años, explica que sin embargo nunca va a la carretera de les Aigües a hacer deporte. "Soy más de gimnasio -dice- y solo me sirve de lugar de relax en solitario o para pasear y charlar tranquilamente con amigos". El mejor momento para subir a la carretera de Les Aigües, según él, es al atardecer, "cuando el sol no pica tanto y los colores sobre Barcelona son maravillosos". Madaula también aclara que le gusta esta ubicación porque se ve el mar, con este color azul que se junta con el cielo y la luz del sol, creando parte de la paleta de colores característica del Mediterráneo, muy presente en sus pinturas. 

"Me siento barcelonés, pero también muy mediterráneo, y eso se traduce en mis obras, muy coloridas". Por el momento, estas obras se pueden descubrir en su perfil de Instagram o en La Fresh Gallery de Madrid, donde están expuestas a lo largo del mes de octubre. En breve habrá seguramente más exposiciones de este joven artista entre cuyos proyectos también figura la dirección de un largometraje cuyas escenas transcurrirán, en buena parte, entre Barcelona y la costa que tanto ama.