CRÓNICA

Yung Beef, la fiesta más oscura

El líder de la escena 'trap' nacional escenificó sus nuevos temas encima de una jaula en mitad de la pista de Apolo

Concierto de Yung Beef en la sala Apolo, el sábado 10 de febrero

Concierto de Yung Beef en la sala Apolo, el sábado 10 de febrero / periodico

Juan Manuel Freire

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Fernando Gálvez Gómez, alias Yung Beef, quiere el dinero y quiere la fama, pero quiere conseguir todo eso a su manera. El miembro más carismático de la saga PXXR GVNG/Los Santos, líder de la escena 'trap' nacional, está creciendo en aceptación popular sin abandonar la oscuridad sonora y lírica, sin aceptar todas las peticiones de entrevista y sin seguir, en fin, todas las normas del juego; solo aquellas que le interese seguir en un momento particular.

Por eso no sorprende que su actuación en Apolo, la noche del sábado, no se desarrollara en el escenario, sino sobre una gran jaula colocada en el centro de la pista. Desde su interior, la DJ canadiense Brat Star había caldeado previamente el ambiente con 'hits' de Bhad Bhabie (la 'Daniela Bregoli' a la que canta Yung Beef en su nueva 'mixtape'), Cardi B o Speaker Knockerz: selección implacable cosida con habilidad y efectividad.

Poco después de la escalada de Yung Beef y el MC adicional Hakim a la jaula, la iluminación de la sala se redujo y quedamos en casi tinieblas. Es la clase de ambiente que necesitaba la presentación de 'A.D.R.O.M.I.C.F.M.S. 4', más canciones sobre noches oscuras del alma y maniobras (o trapicheos) que suelen hacerse con poca luz. Las bases, disparadas por Brat Star, suenan especialmente abrasivas esta noche, en parte porque el volumen parece al 11, como gustaba al grupo heavy semifalso de 'This is Spinal Tap'.

Todo bastante punk, aunque solo hasta cierto punto. Si Yung Beef engancha como engancha, es por su extraña visceralidad; algo que se pierde en unos directos en los que canta sobre sus propias voces, un poco como Beyoncé en la inauguración de Obama en el 2013 y Rihanna con Calvin Harris en Coachella 2016. Es una táctica que rebaja la intensidad y la sensación de peligro. Las voces siguen su curso, haga él lo que haga.

Casi un 'showcase' magnificado

Se advirtió algún gesto de desconcierto ante esta idea de concierto, casi un 'showcase' magnificado, pero la mayoría del público no pareció molesto, seguramente porque sabía a lo que venía: también PXXR GVNG solían funcionar en vivo de este modo, anteponiendo el caos y la fiesta a las demostraciones de destreza técnica. La idea principal era gritar (no cantar) canciones y pasar de todo y olvidar tu propia vida durante una hora. Olía exageradamente a porro.

Solo hace semana y pico que salió la nueva 'mixtape', pero el público recibió esos temas de cuño reciente ('Daniela Bregoli', la casi taciturna 'EFFY', 'Me perdí en Madrid' por partida doble, el reguetón de 'Infierno', 'Rosalía') con tanta pasión como los más antiguos, entre los que cayeron el inevitable 'Beef boy' y un irresistible guiño al supergrupo 'trap' Los Alemanes como 'Nike Tiburon'. Esta noche, las voces más vivas las pusieron los fans.