CRÓNICA DE CONCIERTO

Wilko Johnson, espasmos de vida

El guitarrista y cantante, exmiembro de Dr. Feelgood, recorrió con nervio su repertorio de rock y rhythm'n'blues en el teatro Apolo

rtapounet32573004 barcelona  27 01 2016 concierto de wilko johnson e160128143022

rtapounet32573004 barcelona 27 01 2016 concierto de wilko johnson e160128143022 / periodico

JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Fue verle salir a escena y el público se alzó en el acto para vitorearlo con un ímpetu poco corriente. Tratándose de Wilko Johnson, decir que es un superviviente no es un recurso metafórico: un cáncer de aspecto terminal puso una fecha última a su vida hace un par de años. Difícil separar esa circunstancia de la percepción del personaje cuando este miércoles pisó las tablas del Teatro Apolo (en el ciclo 'Pequeños grandes momentos 1906'), aunque todo volvió a ser como siempre en el momento en que le dio un manotazo a su Fender Telecaster y sonó el primer acorde de 'All right'.

Ahí estaba el guitarrista original de Dr. Feelgood con su eterno código de conducta: vestigios de sus característicos movimientos bruscos, como espasmos, rictus huesudo de pocas sonrisas y toque selvático con la guitarra, sin púa, a lomos de furiosos rhythm’n’blues como 'If you want me, you’ve got me' y la ácida 'The more I give', rescate del grupo en el que compartió filas con el desaparecido Lee Brilleaux. Arropado por un batería, Dylan Howe, y un bajista, Norman Watt-Roy, exmiembro de los Blockheads de Ian Dury, que ya estuvo ahí en su anterior visita a Barcelona (Luz de Gas, 2003). Presencias a la que se sumaron un par de ostentosos amplificadores de la vieja escuela.

PÚBLICO EN PIE

El trío fue al grano, mostrando la faceta más impulsiva de aquel pub rock de los 70, ante un público que aprovechó los momentos más fogosos para levantarse de las butacas. En 'Going back home' y 'Roxette', ambas de Dr. Feelgood, comenzó a formarse a la derecha del escenario un núcleo de fans que fue creciendo y permaneció de pie hasta el final. Piezas como la filo-funky 'Sneakin’ suspicion', otra cita a su vieja banda, o 'Keep on loving you', de su disco de hace dos años con Roger Daltrey, invitaban a bailar, aunque el concierto incorporó luego tramos de 'jam session' más tortuosos. Ahí, brilló la tensa 'When I’m gone', frente a los diálogos instrumentales un poco más espesos de 'Everybody’s carriying a gun'.

Johnson lució nervio y actitud, con esa voz tocada por una eterna mala salud de hierro, de una perfecta imperfección para abordar el atolondrado clásico garajero 'Wooly bully', una pieza que gana cuanto peor se cante. Más repescas de Dr. Feelgood en el tramo final: el boogie-blues 'Back in the night' y un 'She does it right' rocanrolero con vistas al bis de 'Bye bye Johnny', de Chuck Berry. Wilko no solo no se ha ido, sino que sigue allá donde estaba, y su mirada de furia y perplejidad viene ahora de muy adentro.

TEMAS