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'La vida en las ventanas' es la inspirada mirada de Andrés Neuman sobre la soledad compartida del mundo contemporáneo

El escritor hispanoargentino Andrés Neuman, el martes, en la librería La Central de Mallorca de Barcelona.

El escritor hispanoargentino Andrés Neuman, el martes, en la librería La Central de Mallorca de Barcelona.

RICARDO BAIXERAS

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Ni que decir tiene que en los tiempos que corren el aislamiento y los procesos de incomunicación (cuando no de incomunicabilidad que literariamente Beckett llevó hasta sus últimas consecuencias) están a la orden del día. Internet nos permite sentirnos más próximos a un Otro que tal vez no exista, o cuanto menos, no en el modo en que nosotros lo imaginamos.

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En esta novela de Andrés Neuman (Buenos Aires, 1977), que parece menor porque engaña al lector en su aparente simplicidad, el prolífico escritor argentino se enfrenta cara a cara con las transformaciones del espacio privado y público y de las identidades subjetivas. En una suerte de actualización sugerente del género epistolar Neuman construye la identidad de Net a través de las misivas vía mail que este le envía a Marina, una antigua novia que el lector sabe que no contestará, convirtiendo de este modo el texto en un monólogo sobre la propia soledad del protagonista: “Hay soledades que se revelan de improviso, como un golpe en la nuca. Piensas: estoy solo. No ahora. Siempre. Solo. Esa palabra afónica, redonda. Están también las soledades lentas, las que se forman con el tiempo. Hay otras que estaban ahí desde el principio, que son las soledades de las que estamos hechos. Suelen permanecer larvadas bajo alguna memoria difícil”.

Como si de una falsa confesión se tratara, Net se convierte en el náufrago (“Esto no es más que el correo de un náufrago”) cuyo puerto puede parecer que es Marina cuando en realidad sabemos, gracias al último párrafo, que es el propio lector o “fantasma”. La única manera que tiene Net de conferir sentido a su existencia consiste en entablar comunicación aunque sea en la distancia. Así, Marina, los padres de Net, su hermana, Cintia, con la que entabla una relación sentimental, y Xavi, su mejor amigo, se configuran en la tabla de salvación de un personaje que se configura a sí mismo en relación a los otros. En continuos procesos de muerte y resurrección (“Ayer resucité. No estuvo mal. No hay grandes cosas que hacer , los domingos” o “Perdona. Tengo que morirme.”) Net reconstruye su identidad y la de su círculo vital en el único espacio posible: “la vida en las ventanas”.

Sutil, reflexiva y perspicaz, 'La vida en las ventanas' es la inspirada mirada de Neuman sobre la soledad compartida del mundo contemporáneo.