Valentí Oviedo, un hombre de acción en el Liceu

El nuevo director general del Liceu apuesta por otro modelo pedagógico y una programación de calidad para ampliar el público

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Marta Cervera

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"Soy más un hombre de acción cultural que de política cultural", así se ha definido Valentí Oviedo (Manresa, 1977), nuevo director general de Liceu. Su intención es potenciar los pilares de la casa: la orquesta y el coro. "Es imposible traer a grandes directores como Pappano sin buenas formaciones estables", declaró este gestor que conoce tanto los números como la cultura. Amante de la música y el teatro, se ha fogueado antes como gerente en el Auditori y en el Icub.   

El programa educativo del Liceu será uno de sus caballos de batalla. "Revisaremos el modelo pedagógico". Especialistas en la materia capitanearán el nuevo proyecto. Para Oviedo, la educación musical abarca a todo tipo de público, "desde los niños a la gente mayor", y no descarta recuperar el proyecto que abrió el Liceu a universitarios en la etapa de Josep Caminal como director general. "Nuestra obligación es regenerar el público y facilitar el acceso a todas las óperas". Aunque el presupuesto le queda corto y "debería redondearse al alza", considera que hay otras cosas más importantes: "Siempre cuesta obtener recursos pero, si tenemos un proyecto, los conseguiremos".   

"Nuestra obligación es regenerar el público y facilitar el acceso a todas las óperas"

Valentí Oviedo

— Director general del Liceu

Imagina el Liceu como 'un faro' cultural para la ciudad, un referente que incorpore el espíritu de esa Barcelona "creativa, innovadora, solidaria, moderna y talentosa". En su Liceu ideal, el escenario debe tanto acoger grandes figuras de la lírica, la dirección escénica y la musical como apostar por el talento local "aun a riesgo de equivocarnos". Con él se vislumbra un mayor atrevimiento en cuanto a títulos y propuestas, como ese proyecto de ópera de cámara que Scheppelmann, la directora artística, tiene en mente.

Oviedo apuesta por "la contemporaneidad" entendida no solo como estreno de nuevos títulos sino como "una actitud del siglo XXI" hacia los clásicos. Esa modernidad también implica revisar la fórmula de abonos. "No podemos dejar los abonos clásicos, nos van bien. Pero, como Netflix ha hecho en televisión, habrá que buscar nuevas fórmulas".