TRIBUNA
No fue una noche perfecta para volar
Quim Casas
Periodista y crítico de cine
Profesor de Comunicación Audiovisual en Universidad Pompeu Fabra y docente en ESCAC, FX, Cátedra de Cine de Valladolid y Museu del Cinema de Girona. Autor de diversos libros sobre David Lynch, David Cronenberg, Jim Jarmusch, Fritz Lang, John Ford y Clint Eastwood. Miembro del Comité de Selección del Festival de Cine de San Sebastián.
QUIM CASAS
Con los premios Gaudí pasa lo mismo que con los Oscar, los César o los Goya. En algunas de sus ediciones aparecen nominadas películas a las que, según el ideario intrínseco de este tipo de galardones, es imposible premiar. Uno se pregunta entonces qué hacía entre las cuatro candidatas a mejor película en lengua catalana 'Un dia perfecte per volar', de Marc Recha, admirable filme que, más allá de lo que propone temática y estilísticamente, es un modelo de absoluta independencia, realizado sin subvención alguna. Pero los galardones acostumbran a ser más industriales que artísticos, y el de Recha, como los de Albert Serra, José Luis Guerin, Pere Portabella o Isaki Lacuesta, no es un filme que defina para nada a la industria.
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Así que nominarlo es un poco absurdo. Más sentido tenía, desde la ortodoxia del galardón y el festejo anual para celebrar una bonanza que no es tal, que estuvieran 'Barcelona, nit d’hivern' -segunda entrega de un ciclo que debería quedarse en dos y no prolongarse en noches de primavera y otoño- y 'L’adopció', filme este, en todo caso, sobre tema “importante”. Y como acostumbra a pasar, entre la radicalidad de uno y la perspectiva más comercial de los otros, se ha colado entre medio la otra opción, la representada por 'El camí més llarg per tornar a casa'. La película de Sergi Pérez, que es también muy valiente en sus criterios de producción y estilo narrativo, no roza el experimento como la de Recha y está muy por encima, en cuanto a equilibrio entre lo que se propone y lo que consigue, que las otras dos.
Si satisface en general el premio es otra cosa. El cine catalán tiene cubierto el abanico de directores de éxito, francotiradores y exportables. De lo que no nos libramos es del bilingüismo cultural. Sergi Pérez no ha ganado el Gaudí al mejor director, premio que se ha llevado Cesc Gay, cuyo filme 'Truman' estaba nominado en la categoría de mejor película en lengua no catalana, aunque es una producción catalana dirigida por un catalán. ¿No sería más fácil nominarlas todas como películas catalanas ya que han sido gestadas desde aquí y con dinero de aquí aunque la acción de algunas acontezca en Madrid o La Habana?
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