Tres festivales

Grec. Mil·lenni. Temporada Alta. Los tres presentan una oferta diversa de artes escénicas, crean o incrementan públicos, contribuyen a llenar o potenciar catenarias de programación, incrementan temporadas. Las diferencias son también notables. El Grec es público, y los otros dos, privados. Temporada Alta es selectivo, y los otros dos, acumulativos. En Girona son muy meticulosos y en Barcelona empaquetan todo lo que encuentran y le añaden lo que pueden. Se hallan perlas en todas partes, pero la programación del Temporada Alta es un enfilall, para decirlo a lo noucentista, y en Barcelona se diluyen en un collar que ha de tener cuantas más vueltas mejor. Los tres contribuyen a la vida cultural. Sin embargo, Girona-Salt es referente en Europa, marca tendencia, de forma que haber sido programado allí conlleva calidad. Los dos macrofestivales de Barcelona no derrochan aspiraciones. El Grec porque ha rebajado planteamientos. El Mil·lenni porque todavía no ha incorporado o visualizado una sección selectiva, con alto nivel de exigencia.

Así como pasa en el teatro, que el Romea ha puesto en evidencia al Nacional (¿por qué tanto dinero de todos si la programación del público a menudo palidece ante el privado?), el Mil·lenni acabará haciendo igual con el Grec. Es más, el Mil·lenni tiene ánimo de lucro. ¿En qué cabeza cabe que el negocio -con ayudas, claro está- haga sombra al servicio público? !En Catalunya! Las administraciones, pues, deben cuestionarse como proveedoras redundantes y cuando son menos eficientes con más medios.

Mientras esperamos la evolución de los festivales-temporada de Barcelona en el sentido selectivo, que no significa eliminar el cuantitativo, hay que señalar una urgencia.

Para Barcelona, el Temporada Alta es imprescindible. Si estamos de acuerdo en que hay crisis de contenidos en las artes escénicas -y también hay carencia de filtros, porque una cosa va con la otra-, y si convenimos -por la fuerza de los hechos- en la condición de referente del Temporada Alta, tendremos que concluir que Barcelona necesita a Girona como el pan que no come.

Por lo tanto, la primera urgencia en este campo es esta: como Barcelona no va a Girona, el Temporada Alta debe instalarse también en Barcelona.