Entrevista con el Director de cine

Todd Solondz: "Mi trabajo es brutal porque así es la condición humana"

Todd Solondz, uno de los directores más peculiares del panorama cinematográfico de EEUU.

Todd Solondz, uno de los directores más peculiares del panorama cinematográfico de EEUU.

NANDO SALVÀ / Madrid

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Es uno de los autores más personales y extremos del cine actual. Logró su mayor éxito conHappiness (2000). Acaba de estrenar su continuación,La vida en tiempos de guerra.

¿¿Por qué decidió dar continuación a Happiness (2000)?

¿Cuando acabéHappinesshace 10 años nunca pensé que iba a dar nueva vida a esos personajes. Ahí radica la magia de escribir, el misterio, depositas el bolígrafo sobre el papel y de repente suceden cosas. En todo caso, no quise hacer una continuación convencional, preferí juguetear con los personajes. Siempre debes tratar de sentir que reinventas la rueda, porque si no lo que haces no te parece revolucionario y tampoco se lo parecerá al público.

¿Ya, pero esta película no reinventa, más bien retoma un tema constante en su obra: los abusos sexuales.

¿Si quieres retomar el universo deHappiness, no puedes evitar hablar de pedofilia. Además, para mí la pedofilia es una herramienta útil para explorar ciertas verdades acerca de la condición humana, de los límites que el hombre es capaz de transgredir. Después de todo, el pedófilo es el ser marginal por excelencia.

¿Sus detractores lo consideran un cineasta sádico, ¿le molesta?

¿Me molesta que la gente hable de lo malvadas y crueles que son mis películas. Mi trabajo es brutal porque así es la condición humana. No trato conscientemente de retratar a las personas más miserables del planeta. Pero no invito al sadismo ni al morbo, todo lo contrario. Quiero creer que mis películas son tiernas y compasivas. Mis personajes emocionan porque luchan para conseguir la felicidad.

¿Dicho esto, ¿cree que sus películas deben considerarse comedias?

¿No lo sé. No he encontrado una manera de contar mis historias sin hacerlas tan tristes como divertidas. El humor me permite lidiar con lo prohibido, con la hipocresía o el tabú. Quiero mostrar que vivir provoca dolor, pero si no lo hiciera de forma cómica resultaría insoportable contemplar mis películas. En todo caso, no hago comedia con mayúsculas, es más bien ironía.

¿Su película se llama La vida en tiempos de guerra. ¿Cómo es su vida en tiempos de guerra?

¿No experimento la guerra, son las ventajas de vivir en Manhattan. En Israel, por ejemplo, viven en un estado permanente de guerra. No quiero implicarme demasiado en geopolítica, en la película hablo de ello de forma oblicua. Uso la guerra de forma metafórica, como reflejo de las guerras internas y personales, que son las que hacen avanzar el drama.

¿Cuando estrenó su anterior película, Palíndromos (2004), confesó que odiaba su trabajo. ¿Sigue sintiendo lo mismo?

¿No es que odie mi trabajo, pero desempeñarlo es una pesadilla. Yo tengo dos objetivos al hacer una película: primero, sobrevivir a ello; segundo, no sentirme avergonzado con el resultado. Si consigo ambas cosas, me siento genial. Estoy contento por haber acabado esta película, porque hacerla podría haberme matado. Ahora no puedo hablar de ello, quizá lo haga más adelante, cuando no existan amenazas de litigio. De momento, me río como quien se ríe al saber que un tumor no es maligno.

¿Señor Solondz, ¿es usted feliz?

¿Mi objetivo en esta entrevista es pretender ser feliz, en cuanto esta charla acabe podré volver a vivir mi miserable existencia.