Espías en el siglo XXI

Hace tiempo que no lo pasaba tan bien con una novela de espías. Por favor, aparten cualquier otro thriller que os ofrezcan y lean Soy Pilgrim.

Ya sé lo que les dirán los amigos (los malos amigos): «Es demasiado gordo para pasártelo bien». Falso: cuando un libro tiene una trama seductora, unos buenos personajes y un arranque de impacto (recuerden La verdad sobre el caso Harry Quebert)... 900 páginas no son nada. Cuando un thriller se compone de cinco historias encadenadas, que van desde un asesinato en una bañera de ácido a un crimen de habitación cerrada, pasando por conspiraciones de tiempos de los nazis al bioterrorismo más actual... cuanto más gordo, mejor. Cuanto más avanzas enla lectura (que empieza como un caso de investigación forense en Nueva York, al más puro estilo CSI) y percibes encantado cómo las piezas del libro -a partir de ahora, seductor ingenio mecánico- van encajando en esta magnífica novela de acción de y misterio, en un juego de movimientos refinados y precisos, con conspiraciones internacionales, la falta más absoluta de indicios y un puñado de falsas identidades... yo he deseado que tuviese mil páginas más.

Hay quien opina (lo he visto en una crítica) que «los personajes responden a previsibles estereotipos, figuras cliché del bien y el mal dentro de una simplista política de lucha de civilizaciones». Más allá de los esquemas literarios, todos acabamos de ver -en el último atentado de Túnez- cómo un individuo solo, y en una hora, puede acabar con la industria turística de todo un país. Saif Rezgui, estudiante tunecino de ingeniería y asesino de 40 personas, podría ser el protagonista de una novela. Él no es un estereotipo: su realidad supera a cualquier ficción.

Por lo que respecta al autor, es evidente que Terry Hayes (un poco conocido guionista de cine, nacido en Gran Bretaña en 1951, y que nos ha sorprendido por su capacidad narrativa) bebe del día a día y su espionaje es el contemporáneo, el de las revelaciones de Edward Snowden y del caso wikileaks. Las novelas sobre agentes secretos padecen la geopolítica, y fluctúan en interés a medida de que los acontecimientos históricos alteran nuestra paz interior. El final de la guerra fría, los atentados del 11-S y las inacabables guerras en el mundo árabe generan inquietud y son -al mismo tiempo- fuente de inspiración de este trepidante (y a veces también muy aburrido) género.

En este verano de calor, la lectura de Soy Pilgrim ofrece gran cantidad de nutrientes a nuestros deshidratados cuerpos: nutrientes de aventuras, de misterio, nutrientes con altas dosis de inteligencia y buena resolución de crímenes acompañados con medidas y contundentes escenas de acción. Un gran libro para un verano que justo ahora empieza y que he incorporado a la lista de mis thrillers preferidos, haciéndose un lugar -merecido- dentro del selecto grupo de las mejores novelas de espionaje que he elegido: algunos de los títulos (no todos forman parte del mi top ten) de Conan Doyle, Jeffery Deaver, Martin Cruz Smith, Eric Ambler, Jack Higgins, Don Winslow, David Baldacci, Trevanian y Hugh Laurie, contrapunto y nota de humor de este -también británico- autor. Y Pilgrim, claro.

Conclusión: he leído Yo soy Pilgrim y ha sido un placer. Soy un buen amigo y se lo recomiendo. Feliz verano.

SOY PILGRIM Terry Hayes Salamandra Trad. María Cristina Martín Sanz 864 págs. 22,50 €