SIGUIENDO LA PISTA DE UNA FOTO ENIGMÁTICA

Un sobre vacío que lleva a Salamanca

Sobre vacío en el archivo Puig Farran. En él se puede leer: ¿Los carrabineros fieles a la República desfilan aclamados por el pueblo por la calle Ancha¿.

Sobre vacío en el archivo Puig Farran. En él se puede leer: ¿Los carrabineros fieles a la República desfilan aclamados por el pueblo por la calle Ancha¿. / ERNEST ALÓS

ERNEST ALÓS / BARCELONA

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La nuera de Joan Andreu Puig Farran recuerda que el interés de la familia es reivindicar la olvidada figura del fotógrafo. Pero la posibilidad de acceder a la parte de su archivo que ha sobrevivido, y cotejarlo tanto con las fotografías publicadas en su día con su firma como con el archivo Centelles, del que cada vez hay más evidencias, reconocidas por la familia desde el año 2013, que junto a miles de grandes imágenes de su autoría contiene obra de otros fotógrafos, abre interesantes vías de investigación sobre cómo y cuándo fotografías del archivo de Joan Andreu Puig Farran fueron a parar al de Agustí Centelles. 

Un simple sobrecito amarillento de papel cebolla despierta las alarmas. En una caja rotulada ’19 de julio de 1936’, para placas de 6x9, prácticamente vacía, un sobre también vacío tiene una inscripción mecanografiada. Literalmente dice: “Los carrabineros fieles a la República desfilan aclamados por el pueblo por la calle Ancha”.

Una descripción muy familiar: dos fotografías se corresponden con ella: una del archivo Pérez de Rozas, la más conocida de todas, y un negativo del archivo Centelles, una versión ligeramente distinta disparada con unas décimas de segundo de retraso que nunca publicó con su firma en la prensa de 1936 y en cuyo margen izquierdo se ve la cámara del colega que inmortaliza la misma escena. Que la placa que se conserva en Salamanca tenga el mismo formato que la placa desaparecida da qué pensar. ¿Pero podrían haberse mezclado fotografías de Puig Farran y Centelles durante la guerra, un periodo en el cual el intercambio de copias entre colegas -otra cosa serían los negativos- era habitual, o durante el caos de la evacuación de Barcelona, argumentos utilizados hasta ahora para justificar la presencia de obra ajena en el archivo Centelles?

Una visita al Pavelló de la República de la UB aporta aún más indicios para sospechar que el trasvase de material de un archivo a otro se produjo, como apunta la familia de Puig Farran, tras su muerte en 1982. Allí se conservan los contactos de los negativos de Centelles que el fotógrafo registró en el depósito legal en 1978, para refrendar sus derechos de autor sobre los negativos, en película fotográfica de 35 mm., que había recuperado tras haberlos escondido en un desván de Francia durante toda la dictadura.

¿Estaban ya en el archivo de Centelles en esas fechas las imágenes de Puig Farran? Los investigadores Andrés Antebi y Pablo González Morandi, que han identificado numerosas fotografías que se publicaron en la prensa de la época firmadas por el segundo, pero cuyos negativos se encuentran en el fondo que los hijos de Agustí Centelles vendieron al Gobierno español en noviembre del 2009, nos indican 10 de ellas: el entierro de Macià, el de Josep Llimona, un encuentro entre Azaña y Companys, el accidente de un autogiro, D’Olwer votando en febrero de 1936, pescadores de la Barceloneta, la fotografía de Companys en la plaza de Sant Jaume, un retrato de Pau Casals, el día de Sant Jordi de 1936, milicianos en Siétamo en 1936... El resultado de la comprobación es que ninguna de esas fotos de Puig Farran estaba registrada aún por Centelles en 1978, pero sí aparecieron posteriormente en su archivo. Es más: en cinco casos, Centelles fotografíó esa misma escena, e hizo copia en 1978; sus fotografías tienen encuadres y ángulos distintos a las de ese segundo fotógrafo que disparaba al mismo tiempo su cámara, un par de metros a la izquierda o derecha de él y cuyas imágenes pasaron a ser atribuidas a Centelles.