CRÓNICA

Simple Plan, en la adolescencia eterna

El ya veterano grupo pop-punk canadiense conquistó el Sant Jordi Club con su colección de himnos

Concierto de Simple Plan en el Sant Jordi Club.

Concierto de Simple Plan en el Sant Jordi Club. / periodico

JUAN MANUEL FREIRE / BARCELONA

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Simple Plan empezaron haciendo pop-punk adolescente, sin ser ellos 'teens' ni siquiera por entonces, y década y media después aún defienden ese espíritu: ganas de diversión y lucha contra el mundo, esto último, con suerte, quizá del brazo de un alma gemela.

Su giro hacia el rock alternativo solo duró un disco (el homónimo publicado en el 2008) y en los últimos años se han concentrado en crear los temas más descaradamente pop de su trayectoria, expuestos primero en ‘Get your heart on!’ (2011) y ahora en ‘Taking one for the team’ (2016), que este sábado presentaron en el Sant Jordi Club ante un público nutrido por sus fans de toda la vida, treintañeros como los miembros del grupo, pero también adolescentes y preadolescentes sumados a su causa en épocas recientes. 

EL RUIDO Y LA FIESTA ESPERADOS

Desde el asalto inicial, con esa nueva ‘Opinion overload’ en contra de las críticas poco meditadas, al cierre con ‘Perfect’, el grupo liderado por Pierre Bouvier (un hombre de 36 años con la energía de un niño de 3,6) armó el ruido y la fiesta esperados, solo bajando de revoluciones para baladas que fueron tan aplaudidas como las píldoras más energéticas del repertorio, si no más. 

‘Jet lag’ hizo enloquecer desde el primer acorde y, sobre todo, con su gran estribillo en dos partes. ‘Jump’ (no es versión de Van Halen) es ya desde el título una invitación al salto que nadie quiso rechazar. Algo después incitaban al movimiento de cadera y hombros con su versión del ‘Uptown funk’ de Mark Ronson y Bruno Mars, cosida con ‘Can’t feel my face’ de The Weeknd.  

BROMAS MARCA DE LA CASA

Entre canción y canción, los eternos adolescentes hicieron las bromas pícaras marca de la casa. Bouvier soltó esta surrealista frase en 'spanglish': "'I like' la siesta erótica, es muy bien". Cuando sus discursos no parecían sacados de ‘Porky’s’, eran auténticas declaraciones de amor a su público, al que agradecieron haberles acompañado tan lejos en la aventura. 

Los bises fueron la mejor muestra de agradecimiento: cuatro favoritas de fans enlazadas sin respiro: ‘Shut up!’, ‘Perfect world’, ‘This song saved my life’ y una ‘Perfect’ iniciada con Bouvier en modo trovador solitario, pero cerrada con el clan al completo.

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