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Sherlock Holmes está vivo

JORDI Puntí

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En su ensayo Por qué leer a los clásicos, Italo Calvino propuso varias definiciones de lo que es un clásico. «Son esos libros», escribía, «que nunca agotan lo que tienen que decir». Atendiendo a esta premisa, en pleno siglo XXI deberíamos añadir que son clásicos aquellos títulos que permiten una actualización, una puesta al día que no perjudica a sus ideas de fondo, aunque cambien incluso el decorado y la forma de narrarlas. El mejor ejemplo son las obras de Shakespeare: Kurosawa convirtió al rey Lear en un señor de la guerra que enfrentaba a toda una dinastía japonesa; en manos de Calixto Bieito, Macbeth era un gánster europeo...

En esta época de novelas negras de trazo grueso, donde los misterios se resuelven gracias a una hacker y una conexión a internet, se puede decir que las aventuras de Sherlock Holmes gozan de la salud de un clásico. Aunque Arthur Conan Doyle las escribiera hace 120 años, hoy siguen intrigándonos como en su día. En agosto lo comprobaron los espectadores británicos, pues la BBC emitió una teleserie -Sherlock- con tres de sus aventuras y con una novedad importante: la acción se sitúa en el Londres actual. Así, el doctor Watson es un joven que acaba de volver de la guerra de Irak, herido en la pierna, y se convierte en ayudante del investigador Sherlock Holmes.

Ambos, por supuesto, viven en el 221B de Baker Street. Sherlock ha cambiado la capa de cuadros escoceses por un largo abrigo y no lleva lupa, pero sus deducciones siguen siendo brillantes y a menudo se ayuda de un iPhone para orientarse. La adaptación se basa fielmente en los relatos que escribió Conan Doyle, pero con algún guiño: Estudio en escarlata, por ejemplo, se ha convertido ahora en Estudio en rosa. Las deducciones de Sherlock están contadas con efectos especiales, un poco a lo CSI, aunque nunca resultan gratuitos. Una de las virtudes de la serie es que, a pesar de estar filmada en el presente, el Londres que aparece resulta atemporal, pues la acción se desarrolla a menudo en escenarios victorianos que hoy en día continúan en pie.

Como en la BBC son listos y quieren combatir la piratería, un mes después de su emisión han publicado ya la serie en DVD. Es una buena ocasión para comprobar que Sherlock Holmes y el doctor Watson siguen vivos.