FICCIÓN HISTÓRICA

¿Y si Shakespeare imaginó 'Moby Dick'?

Jon Bilbao fantasea con el Bardo y la ballena blanca

El escritor vasco Jon Bilbao, autor de 'Shakespeare y la ballena blanca', en la sede de la editorial Tusquets.

El escritor vasco Jon Bilbao, autor de 'Shakespeare y la ballena blanca', en la sede de la editorial Tusquets.

ELENA HEVIA
BARCELONA

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Convertir a Shakespeare en personaje puede ser una temeridad. Hacer que por la cabeza del dramaturgo pase la posibilidad de escribir algo muy, pero que muy parecido aMoby Dickpodría llegar a caer incluso en la imprudencia. Pero la ficción no tiene reglas y al escritor vasco, aunque nacido en Asturias, Jon Bilbao (Rivadesella, 1972) no le importa saltar sin red. Es más, pese a su talante discreto, se diría que disfruta con ello.

De cómo se unieron los dos amores del escritor en la novelaShakespeare y la ballena blanca(Tusquets) tiene mucho que ver la elaboración de dos relatos anteriores de Bilbao. En uno se contaba un episodio en la oscura vida del Bardo y el otro seguía a Bulkington, un magnífico personaje secundario deMoby Dickque ha intrigado durante años a muchos a los lectores apasionados de Melville, ya que lo hizo desaparecer en el capítulo veintitantos de la novela. Y ahí vino la iluminación: «¿Por qué no fusionar estos dos mundos pese a que distan entre sí dos siglos y medio?». Aviso: en las historias de Bilbao el concepto de iluminación es importante. Y aunque lo natural hubiera sido incluir a Shakespeare en el universo de Melville, que era un gran lector suyo. No fue así. «Demasido previsible». Lo hizo al revés.

«Para mí -cuenta Bilbao- el gran reto no era imaginar elMoby Dick que habría escrito Shakespeare, eso habría sido pretencioso, me pareció un reto mayor convertirlo en un personaje, alguien cercano y reconocible. Quizá no se parezca al Shakespeare real, pero es verosímil».

De la vida de Shakespeare, es sabido, se conocen a ciencia cierta muy pocas cosas. «Así que resulta muy tentador llenar ese hueco, el desconocimiento te da mucha libertad de movimientos como escritor».

Así y aunque no hay constancia documental de que Shakespeare abandonara Inglaterra -se especula que de joven viajó a Dinamarca donde se inspiró para escribir Hamlet-, Bilbao lo imagina camino del país de su héroe en una misión diplomática acompañado por su amigo y amante el duque de Southampton. Y allí en una escena, digna de un cuento de terror gótico, el galeón se cruza con una ballena que arrastra varios cadáveres en su espalda... «Buscaba una ambientación casi fantasmagórica, no para contar una historia fantástica sino para añadir una motivación más a Shakespeare cuando decidiera a sentarse a escribir la historia de la ballena».

Bilbao se adapta a su premisa con rigor. Como por ejemplo, es imposible que Shakespeare pudiera escribir una historia como esa, tal cual, por su falta de conocimientos naúticos -los propios y los de la época-y porque el Bardo habría imaginado su ballena para un montaje teatral. «Para él es un problema presentar semejante animal al espectador del siglo XVII que no es que no haya visto una ballena en su vida, sino que piensa que no existe, que es un animal mitológico, como puede serlo un unicornio».

MECANISMOS DE LA CREACIÓN / Más allá de la recreación de la maloliente vida en un barco - esta también puede ser una novela realista- lo que más interesa a Bilbao es mostrar el funcionamiento de los engranajes de cualquier ficción. ¿Cómo se construye una historia? «Esa reflexión es mi conexión personal con el libro. Salvando las distancias, yo puedo sentirme identificado con ese hombre que en su camarote y por las noches empieza a dar forma a una historia que a medida que avanza se parece más a la que contó Melville». Como el del americano, el cetáceo de Shakespeare también tiene su enjundia: «En algún momento él piensa que es la ballena la que está buscando a alguien que escriba su historia».