ENTREVISTA

Tillie Walden: "Quienes dicen que odian a los gays en realidad nos tienen miedo"

En la autobiográfica 'Piruetas', la joven autora estadounidense habla de patinaje profesional, de salir del armario, de 'bullying', de acoso sexual y de hacerse adulto

Tillie Walden, en el Salón del Cómic de Barcelona.

Tillie Walden, en el Salón del Cómic de Barcelona. / periodico

Anna Abella

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Tillie Walden tiene 22 años y una envidiable madurez. Tras 12 como patinadora profesional, a los 17, lo dejó. Desde entonces solo se ha enfundado los patines una vez. Eran nuevos y acabó con los pies ensangrentados por la dureza del cuero. En las 400 páginas autobiográficas de ‘Piruetas’ (La Cúpula), nominada a Mejor obra extranjera en el Salón del Cómic, esta joven estadounidense, con voz temperada y sin caer en la autocompasión habla de «patinaje sobre hielo, sobre salir del armario y sobre lo que supone crecer», pero también de acoso sexual y ‘bullying’. Y se siente, afirma, «orgullosa de haber sobrevivido» a lo que cuenta en ella. 

En ‘Piruetas’ transmite la sensación de haberse sentido muy sola. 

De niña me sentía muy sola, sí. No he conocido a ningún gay que no haya tenido una infancia llena de momentos de soledad. Ser lesbiana ha tenido un papel muy importante en mí porque desde una edad muy temprana supe que era distinta a los demás. Si además debes enfrentarte a abusones -el ‘bullying’ hace que te separes del resto del mundo- y te dedicas al patinaje, una actividad muy solitaria en la que te piden que hagas un montón de cosas, te prohíben que te expreses y reprimen quien eres, acabas separándote de la gente.

Al salir del armario dice que temía el odio de la sociedad.

Me di cuenta con 5 años de que me atraían las chicas, para mí entonces era lo más natural del mundo, no sabía nada del odio. Pero con 8 o 9 me fui dando cuenta de que hay gente que no nos entiende y nos odia. Oí cosas atroces contra los gays en Youtube que se me quedaron grabadas. Fue un ‘shock’. 

¿Qué les dirías a esta gente?

Más que odiar a los gays, creo que no nos entienden. En realidad nos tienen miedo. No les diría nada, no merecen un minuto de mi tiempo. Si alguien teme al que es diferente el problema es suyo. ¡Que les den! 

"El patinaje profesional puede llegar a romper a un niño. Te enseñan a sufrir en lugar de a disfrutar"

¿Algún consejo a un niño o niña que sufre ‘bullying’?

Que intenten contarlo a un adulto, a sus padres o profesores, aunque yo no lo hice porque creía que no podían ayudarme. No sé la solución para acabar con ello, pero sé que sufrirlo es aterrador y acaba por destruir el sentimiento de identidad de una persona. A un niño o niña en esa situación le diría que no se lo merece, que el problema lo tiene el abusador, no ellos, y que se acaba por salir, que la infancia se acaba, y se supera. No me atrevería a decirle que devuelva los golpes porque sé que no es fácil hacerlo. 

En un niño el patinaje profesional implica entrenamientos, compaginarlo con el colegio, la presión competiviva... 

Es algo brutal que en algunos casos acaba por romper a los niños o niñas. También existe en el deporte, la música, la gimnasia, el ballet... hay padres, profesores, entrenadores... que deberían enseñar a disfrutar, a querer, a amar algo en lugar de a sufrir. Ya hay suficiente sufrimiento en la vida. Yo crecí sin romperme del todo. Y los momentos dolorosos me sirvieron para crecer. Pero también hubo momentos íntimos y de mucha belleza y magia sobre el hielo. Allí aprendí a conocerme y a quererme a mí misma.

"Sufrí acoso sexual y creí que era culpa mía por llevar camiseta de tirantes. Hoy sé que la culpa fue de él"

Sufriste acoso sexual. Entonces creíste que la culpa era tuya por llevar una camiseta de tirantes.  

Hoy sé que no fue en absoluto culpa mía sino de alguien que quiso aprovecharse de la relación de autoridad. Lo incluí porque muchas mujeres, tras vivir algo semejante, se echan la culpa. Fue un reto escribir sobre ello, fue duro. Ves lo triste de la situación y que hay muchas mujeres que se han sentido así. 

En la era del Me Too es necesario decir basta.

Totalmente necesario. Es sorprendente y alarmante que hayamos tardado tanto en llegar hasta aquí. Estoy contenta de vivir hoy porque puedo hacer oír mi voz.  

¿Cómo reaccionó su familia al libro? 

Mucha gente piensa que con mi familia he vivido una historia de terror, pero no. Mi familia me apoya y les encanta mi obra. En ella me abrí por completo, me presenté a mí misma y fui sincera y creo que nada acerca más a unos padres y a una hija que la sinceridad. No era un grito pidiendo ayuda pero necesitaba que me escucharan, me entendieran y prestaran atención a quien soy. Y la respuesta de mi familia fue: te escucho, te entiendo, te quiero.