DEBUT PREMIADO

'Revenge': Rambo es mujer

Hablamos con Coralie Fargeat, la directora premiada en Sitges por su relato de violación y venganza 'Revenge', por fin en salas

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Juan Manuel Freire

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La directora francesa Coralie Fargeat debe su vocación a su abuelo, quien le puso en vídeo todas las películas que quería ver y sus padres no querían que viera. Los pases domésticos en secreto de 'Rambo', 'La mosca' (versión Cronenberg) o 'RoboCop' alimentaron en la pequeña Coralie una pasión por el cine de género que, unos cuantos años después, ha plasmado con furia y color en 'Revenge', premio a la mejor dirección en Sitges 2017.

Ahora llega por fin a nuestras salas este ejemplo tardío de un subgénero que tuvo su auge en los 70, el cine de 'rape/revenge', o 'violación/venganza'. Cuando acompaña a su novio millonario, casado con otra, a su viaje de cacería anual, la joven Jen (Matilda Lutz) acaba sufriendo una violación por parte de otro participante en la aventura. El tercer hombre ignora sus gritos. Y su propio amante resulta no ser tampoco el colmo de la empatía.

Aunque 'Revenge' sigue paso a paso la estructura del citado subgénero (que incluye un proceso de reconstrucción entre la violencia y la venganza), Fargeat no tomó como referencia ni la seminal 'La última casa a la izquierda' de Wes Craven ni la polémica 'La violencia del sexo'. "Me interesa menos la violación que la venganza", explica en conversación telefónica. "Sobre todo, quería hacer referencia a esas películas en las que un personaje dado por muerto se reconstruye a sí mismo y hace pagar su sufrimiento". Como Rambo. Gracias, abuelo.

De Barbie a Furiosa

Es poco habitual encontrar a una mujer dirigiendo una película con un argumento de estas características. El detalle no es irrelevante. Fargeat se atreve a presentar a su heroína como una 'pin-up' consciente de sus atractivos, provocadora, en lugar de como la chica tímida habitual en estas tramas: "Con ello quería remarcar que cualquier mujer tiene derecho a ser tan sexi como le plazca. Puede vestirse de muñeca si le da la gana. Eso no justifica nada".

Además, la autora quería jugar con contrastes y símbolos en la composición visual del personaje. Tras sobrevivir milagrosamente a un empalamiento, Jen se transforma en una criatura diferente; de Barbie pasa a Furiosa (el personaje de Charlize Theron en 'Mad Max: Furia en la carretera'), "de rubia salta a morena, con una imagen más cruda, agresiva". La relación del personaje con su cuerpo cambia por entero. "Mi película gira en torno a los cuerpos de principio a fin", explica Fargeat. "Al principio, son todo sensualidad, sudor, algo así como el Cielo en la Tierra. Pero después Jen se siente conectada a su cuerpo de otro modo, de una forma más visceral, casi animal".

La sombra del #MeToo

El pasado mayo, la crítica de cine Anne Billson explicaba en 'The Guardian' cómo el subgénero 'rape/revenge' se ha convertido, con películas como 'Elle' y ahora 'Revenge', en vehículo para las inquietudes del movimiento #MeToo. Tanto la película de Verhoeven como la de Fargeat se concibieron con anterioridad a la eclosión del affaire Weinstein, pero "algo había en el aire", dice nuestra entrevistada. "Los productores lo sentían. Eso dio alas al proyecto. También les atraía que fuera una película de terror dirigida por una mujer, algo todavía bastante raro en Francia. En mi país apenas se hace ya cine de género. Y menos con firma femenina".

El éxito de 'Revenge' ha abierto puertas a Fargeat tanto dentro como fuera de su país. Todavía no sabe dónde rodará la siguiente, pero sabe que será una historia propia. "Puede que ruede en Estados Unidos, pero, en cualquier caso, quiero hacer algo escrito por mí. Necesito contar mis propias historias".