tras el éxito televisivo

To[+] Restaurant, la buena mesa de David García

El restaurante del ganador de Top Chef es un alarde de sencillez externa y cuidado buen gusto como fondo

David García.

David García. / periodico

EDUARDO LÓPEZ ALONSO / BARCELONA

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David García ha ganado el programa 'Top Chef' con meritos propios y bagaje culinario real como respaldo. To[+] Restaurant es la referencia y escuela culinaria de este gran cocinero, alarde de sensibilidad y amante de las experiencias gustativas acompañadas de metáfora visual. Su restaurante familiar está lo suficientemente oculto en la geografía catalana como para no haber sido un referente de la alta cocina en el pasado pese a posiblemente ya merecerlo. En Palà de Torruella (Bages) tienen un tesoro en sus calles, de esos en los que se entra para celebrar y comer es una fiesta, aunque en la puerta pocos pondrían la mano en el fuego a primera vista.

Más de 30 euros cuesta un cubierto que los éxitos del chef principal van a llevar presumiblemente a otra división. Las crónicas del restaurante que cualquiera puede consultar en prensa especializada y en internet dibujan lo ya visto en la tele de este joven risueño, de suaves formas y tranquilidad extrema. Bonhomía enfundada en filipina (la bata de los cocineros profesionales), y menos amante del 'toque blanche' (el gorro de cocinero) que hace más a Arguiñano que a Ferran Adrià, David García es especialmente amante de metáfora en plato (¿recuerdan sus tierras comestibles para asentar las viandas?). El restaurante de la familia muestra en sus platos ese mismo estilo que aúna tradición y modernidad a partes iguales. Sabores de casa con sofisticación solo apta para profesionales. Gastronomía al menos al cuadrado que justifica la factura final.

Para hacerse una idea del menú, podría iniciarse la experiencia con una crema de remolacha, 'pa, tomàquet i fuet' (sorpresa estética), algún plato de carne (con el consabido raspado de salsa tipo brochazo para adornar) del estilo de 'Colomí', el pichón que le ha permitido ganar 'Top Chef' o las alitas de pollo en original cazuelita. Pero también el exquisito cuidado de los pescados (siempre en raciones micro), los langostinos en salsa romescu, las ostras, el rape rebozado con polvo de oliva y crema de anacardos, cualquier tipo de arroz (con 'ceps' y rape). Capítulo aparte los postres, hechos con la sensibilidad extrema del restaurante pro, con elaboraciones de chocolate, frutillas de dedo meñique en alto y helados caseros para llorar de gusto. 

Mesas amplias y distanciadas entre sí con perfecta intimidad completan uno de esos lugares para descubrir con el aliciente de la aparición televisiva como preámbulo contextualizador. La estrella Michelín quizá llegue por presión popular, ya que en los foros de internet son muchos los que ensalzan el local y sus menús y que reclaman que algún crítico gastronómico corrobore el paladar experto aficionado. El inspector Michelín está al caer, dicen.