El Gaudí estrena un musical feminista adelantado a su tiempo: '9 to 5'

En 1980 se estrenó una divertida comedia titulada en nuestro país Cómo eliminar a su jefe, que protagonizaban Jane Fonda, Lily Tomlin y Dolly Parton, en la que tres secretarias se aliaban para vengarse de su despótico jefe. Esta trama, tan actual en estos tiempos de empoderamiento femenino, es el origen de 9 to 5, un musical readaptado en 2008 con canciones de la propia Parton 9 to 5que nos remite al título original de la película y que puede verse en catalán hasta el 15 de julio en el Teatre Gaudí.

La versión musical respeta la época original, los años 80, para trasladarnos a una oficina a la que llega Judy, una nueva empleada ilusionada por su nuevo trabajo. Sus nuevas compañeras son Violet, una joven muy válida que no consigue ascender, y Doralee, una rubia escultural considerada una mujer objeto pero mucho más inteligente de lo que puede aparentar. La cuarta es Roz, devota del jefe y su espía infiltrada en la empresa. Todas ellas trabajan a las órdenes del todopoderoso señor Hart, un individuo machista, mentiroso y ególatra que intenta seducir a Doralee, impide que Violet progrese laboralmente y trata con abusiva superioridad a la recién llegada. Este cóctel explosivo llegará al límite cuando, tras un error involuntario, Violet envenena (un poco) a su superior y, para esconder su equivocación, deciden secuestrarlo.

Un enredo que engancha con el público

Es una comedia de enredo que aprovecha al máximo sus limitadas posibilidades. Los actores se reparten por el pequeño escenario con soltura (gracias a la laboriosa dirección de Jaime A. Herrera), las máquinas de escribir son de cartón y están unidas a las sillas, fingen con gracia que circulan en un coche y la fotocopiadora es… mejor descubrirlo. El espectáculo se abre con la célebre 9 to 5 en una animada versión que consigue la complicidad del público desde el primer momento. El resto de temas, sin llegar a resultar tan pegadizos como el inicial, mantienen el tono e incluso hay un número cercano al cabaret y una referencia al country (el género favorito de Dolly Parton) con una simulación de un rodeo. Las canciones están repartidas de tal manera que permiten el lucimiento coral pero cada uno de los actores tiene su momento de gloria. Las coreografías, en general, son más funcionales que complejas, pero simpáticas y eficaces. La pequeña orquesta también cumple llenando de música casi toda la obra y contribuyendo con algunos efectos sonoros.

Esta adaptación nos permite descubrir el carácter avanzado a su época de aquel filme que hoy puede releerse mucho mejor. No hace falta ser un genio para darse cuenta de que ahora podríamos considerar al personaje masculino otro Hart(vey) Weinstein y que la reivindicación femenina de optar a puestos de responsabilidad o dejar de ser consideradas “pedazos de carne” por los machistas recalcitrantes son temas mucho más actuales que hace casi 40 años.

Las cuatro protagonistas bordan sus papeles. Marta Borràs (Judy) parece haberse inspirado más en la comicidad de la mítica Carol Burnett que en la Jane Fonda de la película. Aida Llop (Violet) transmite la firmeza de ideas de su personaje y sabe ser la guía de sus compañeras mientras que Mireia Lorente-Picó da el pego como esa presunta Barbie más lista de lo que todos creen. Anna Marqués (Roz) tiene el papel femenino más desagradable pero también consigue divertir y sorprende al personal con su capacidad para aguantar una nota en una de las canciones. David O’Malley tiene la difícil función de interpretar no solo al repulsivo Hart, sino que también debe desdoblarse brevemente en otros hombres.  

Una financiación diferente con recompensas originales

Todos ellos, que se conocieron estudiando en el Institut del Teatre, decidieron formar la compañía Epidèmia Teatre con la que poder realizar los proyectos que soñaban. El camino no ha sido fácil y para estrenar 9 to 5 han recurrido a recoger fondos vía Verkami. Las recompensas por participar eran entradas para el estreno, chapas de la compañía o videos de agradecimiento personalizados con una canción. Pero ahora viene lo más original, a quienes aportaran más les harían una ola en algún momento de la función o les darían “petonets i abraçades”.

Está claro que nos encontramos frente a un grupo joven, con mucho amor por el teatro y ganas de poder demostrar lo que valen. Merece la pena apoyar a estos nuevos talentos que sienten pasión por su trabajo y que, seguro, van a dar mucho que hablar en el futuro.