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El Verdi celebra el centenario de Ingmar Bergman con cuatro grandes títulos

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ALL / JONTE WENTZELL

Eduardo de Vicente

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El centenario del nacimiento del realizador sueco Ingmar Bergman está siendo conmemorado estos días por diversas entidades culturales. La Filmoteca de Catalunya sigue proyectando este mes Simfonia Bergman, una completísima retrospectiva de su obra. Los Verdi quieren aportar también su pequeño grano de arena homenajeando al cineasta con cuatro de sus últimos filmes en su ciclo Dijous d’imprescindibles.

El primer título que se ofrece es el más interesante, ya que se trata del menos visto. Secretos de un matrimonio (1973)Secretos de un matrimonio  fue concebida como una miniserie compuesta por seis capítulos. El prestigio del director y su repercusión internacional provocaron que accediera a hacer un montaje cinematográfico que se proyectó por todo el mundo, pero la serie original ha sido más difícil de ver. La versión que se verá en el Verdi es la íntegra, es decir, la televisiva, que dura 287 minutos, el doble que la película por lo que puede ser una oportunidad excepcional para poder ver en pantalla grande esta obra al completo. Debido a su larga duración la sesión se iniciará, excepcionalmente, a las 16.30 horas ya que las otras películas del ciclo están programadas a las 20.15.

El deterioro en la relación de una pareja

Protagonizada por dos de sus actores habituales, Liv Ullmann y Erland Josephson, cuenta la evolución de una pareja burguesa formada por una abogada y un científico y cómo su relación se va deteriorando progresivamente después de que el marido decida marcharse con una mujer más joven. Pese a su separación seguirán viéndose y sabiendo de sus vidas. Está considerada una de las más sinceras, contundentes e implacables radiografías de un matrimonio, rodada con muy poco presupuesto y muchos diálogos. Bergman reconoció que la trama estaba inspirada en su propia vida y en la de gente que conocía. Obtuvo el Globo de Oro a la mejor película extranjera pero no pudo optar a los Oscar, ya que había sido previamente estrenada en la televisión sueca.

El 12 de julio podrá verse Fanny y Alexander (1982), Fanny y Alexander con la que aprendió la lección y, aunque también tuvo dos versiones distintas para la pequeña y la gran pantalla, se estrenó primero la cinematográfica por lo que pudo acceder a los Oscar y se llevó cuatro estatuillas (película en habla no inglesa, fotografía, vestuario y dirección artística), además de repetir en los Globos de Oro como filme extranjero. En este caso se proyecta la versión para cine, que tampoco es corta ya que supera las tres horas.

La acción transcurría a principios del siglo XX y, en ella, el cineasta rememoraba su infancia en una familia burguesa junto a su hermana, su padre, que regentaba un teatro, y su madre, a quien las circunstancias llevarán a cambiar radicalmente de vida. El tramo inicial, que describe las festividades navideñas, es un prodigio de elegancia y delicadeza con imágenes bellísimas.

La tercera entrega de este ciclo es Sonata de otoño (1978), un apasionante duelo femenino entre su actriz fetiche, Liv Ullmann y la sueca más famosa del cine con la que compartía apellido el director aunque no tenían parentesco alguno, Ingrid Bergman. La veterana intérprete daba vida a una pianista que priorizó su carrera profesional a su función de madre, lo que provoca graves trastornos a sus dos hijas. Tras un suceso inesperado, las tres volverán a reunirse y una de ellas decide hablar claro. El conflicto está servido. Obtuvo dos nominaciones frustradas al Oscar (actriz –Bergman- y guion) pero se fue de vacío. Eso sí, la Asociación de la Prensa Extranjera cumplió con la tradición y le otorgó otro Globo de Oro. Podrá verse el 19 de julio.

El homenaje concluirá el día 26 con otro título clave, Gritos y susurros (1972), drama protagonizado también por mujeres (Liv Ullmann, Harriet Andersson, Kari Sylwan e Ingrid Thulin) y que versa igualmente sobre un reencuentro, ahora de tres hermanas. Dos de ellas regresan a la casa familiar para acompañar a la tercera, que padece un cáncer y es cuidada por la sirvienta. Durante esos días, lo que no se contaron saldrá a la luz. Se llevó el Oscar a la mejor fotografía, del maestro Sven Nykvist quien, años más tarde se establecería en Hollywood y trabajaría con autores como Woody Allen.

Cuatro títulos fundamentales para recuperar a un autor que se preocupaba, sobre todo, por escribir unos diálogos creíbles que desnudaban totalmente a sus personajes y trabajar con una troupe habitual de actores a los que conocía a fondo y que se convertían en su alter ego o su antagonista. Un genio que nació hace un siglo pero cuyos trabajos tan humanos y profundos siguen reflejando problemas y traumas de los hombres y mujeres de hoy en día.