'Las guardianas': un espléndido retrato de la lucha de las campesinas francesas en la primera guerra mundial

Uno de los mayores placeres de un cinéfilo es descubrir una película poco conocida que no ha sido objeto de una extenuante campaña publicitaria pero que merece una gran atención. Te hace sentirte como Indiana Jones hallando un tesoro oculto bajo la arena de la cartelera. Te ilusiona poder recomendarla a tus amigos e intentar que funcione así el boca-oreja, la mejor promoción posible. Pero la actual voracidad de la exhibición provoca que el tiempo sea el peor enemigo. Por eso, antes de que sea imposible verla en pantalla grande, vale la pena disfrutar de una pequeña joya francesa titulada Las guardianas.

La acción transcurre durante la primera guerra mundial. Los hombres se han ido a combatir a la guerra y una anciana, junto a su marido y su hija, deben hacerse cargo de la granja familiar. En el pueblo ya solo pueden trabajar los niños, las mujeres y los viejos, los soldados pasan solo un breve tiempo entre ellos y vuelven al frente. La situación les lleva a contratar a una joven huérfana para que les ayude con la cosecha.

Imágenes de una gran belleza

Es un filme de un gran valor estético en el que todo está cuidado al detalle. Es muy bonita de ver con imágenes bellamente fotografiadas como la niebla matinal o las puestas de sol. Transcurre a un ritmo pausado, pero no se hace pesada. Si realmente la disfrutas te da igual que dure una hora más (y eso que su metraje es de 135 minutos). Es un tempo diferente que solo se degusta si te dejas llevar.

Otro de sus alicientes es que es muy gráfica a la hora de mostrar la dureza del día a día en el campo. Los actores (o, mejor dicho, las actrices) seguro que se tuvieron que aplicar para hacer esas tareas durante el rodaje. Igualmente aborda el tema de la aparición de las primeras máquinas, tractores primitivos, y cómo influyeron en el trabajo del campo. Pero también hay tiempo para una romántica historia de amor.

Los dos bandos no son tan distintos

El tratamiento es muy humano. En una escena, uno de los soldados comenta con sorpresa que ha descubierto que los alemanes no son esos monstruos que les han intentado hacer creer, sino que “son como nosotros: obreros, campesinos, profesores...” Es conmovedora cuando describe el horror de los soldados supervivientes marcados inevitablemente por lo que han vivido y resolutiva cuando denuncia la actitud de superioridad de los combatientes norteamericanos destinados en Francia.

Ha sido dirigida por el francés Xavier Beauvois que ya demostró saber tomarse su tiempo para narrar historias en De dioses y hombres. La protagonista es la veterana Nathalie Baye, que compartió con nuestro Sergi López Una relación privada y la acompañan la sorprendente debutante Iris Bry y Laura Smet (La dama de honor).

Debemos escuchar atentamente su banda sonora que ha sido compuesta por toda una leyenda del cine, Michel Legrand, el compositor habitual de los musicales de Jacques Demy como Los paraguas de Cherburgo o Las señoritas de Rochefort, pero también de melodías inolvidables como Verano del 42 o las canciones de Yentl.

Las guardianas es toda una delicia para la que hay que tomarse su tiempo. Nada que ver con el cine de vértigo actual en el que cada plano dura medio segundo. Aquí hay que fijarse en los detalles, disfrutar de la poesía de cada plano. Si el espectador consigue entrar en la propuesta, queda hipnotizado por su delicadeza y es de esas películas que llevas dentro contigo durante mucho tiempo.