CRÍTICA DE CINE

'Qué fue de Brad': las dudas de Stiller

Una película creada a la medida de su actor protagonista, con un estilo pausado y sereno sin renunciar a los toques cómicos

Quim Casas

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Sea en clave cómica o severa, como director o solo como actor, Ben Stiller lleva repitiendo el mismo personaje desde hace años, aportando en cada nueva película, más personal o más comercial, nuevos matices. Es así en la serie iniciada con 'Los padres de ella', en sus colaboraciones con Noah Baumbach, en bobaliconas comedias románticas como 'Y entonces llegó ella' o incluso en las dos películas sobre el supermodelo 'Zoolander'.

Es un personaje lleno de dudas que entiende el mundo que le rodea pero no acaba de aceptarlo. El gris oficinista de 'La vida secreta de Walter Mitty' es un buen ejemplo. Aquella la dirigió e interpretó. 'Qué fue de Brad' es otro ejemplo. En esta solo actúa, pero el filme está hecho a su medida.

Stiller es buen comediante y tiene un excelente registro dramático. Las dos cosas casan a la perfección con este Brad. El protagonista viaja a la Costa Este con su hijo para visitar las universidades donde puede estudiar el joven. Este viaje le pone en contradicción consigo mismo, con su estatus. A pesar de su aparente estabilidad, se obsesiona con las vidas placenteras que llevan sus adineraros amigos de juventud.

El director Mike White trató cosas parecidas en su serie televisiva 'Iluminada', aunque en clave femenina. En 'Que fue de Brad' impone un estilo pausado, muy sereno, pulsando siempre el carácter más tragicómico del relato sin renunciar a los efectos estrictamente cómicos que tan bien maneja Stiller ni al cuestionamiento de determinados valores sociales. El resultado es agradable, cierto, pero también punzante.