PRIMER ESPAÑOL EN GANAR EL GALARDÓN DE ARTE CONTEMPORÁNEO, DOTADO CON 70.000 EUROS

El Premio Miró reconoce la innovación de Ignasi Aballí

El jurado destaca la «poderosa sutileza» del artista barcelonés

El artista barcelonés Ignasi Aballí, ayer en la Fundació Miró, tras el anuncio del premio.

El artista barcelonés Ignasi Aballí, ayer en la Fundació Miró, tras el anuncio del premio.

ANNA ABELLA / BARCELONA

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Recibir el Premio Joan Miró, dotado con 70.000 euros, significará para Ignasi Aballí (Barcelona, 1958) un «punto de inflexión y un estímulo» para su ya larga y reconocida trayectoria de tres décadas consagrada al arte contemporáneo y conceptual. «Siempre me planteo cómo evolucionar. Mi obra es fruto de mi curiosidad y mi aprendizaje, refleja mi evolución y puede aportar nuevas formas de entender el arte», manifestó ayer el artista catalán, que admitió que el galardón «dará pie a nuevos proyectos» que le rondaban por la cabeza y «que tenía pendientes de desarrollar», y que serán el grueso de la exposición monográfica que implica el premio, que protagonizará en el 2016 en la Fundació Miró, en la que mezclará esas obras nuevas con otras ya realizadas.

El jurado, que selecciona al ganador valorando la innovación y la libertad creativa que caracterizaron la obra de Joan Miró, destacó la «constante reflexión sobre los límites de la pintura y la representación» de Aballí, cuyo trabajo «se ha ganado el respeto y la admiración del mundo del arte, tanto local como internacional» y «es conocido por su poderosa sutileza, su persistente serialidad y su predilección por la recuperación y la reactivación de los elementos más invisibles e ignorados de nuestro entorno».

El premio, bianual y que organiza la Fundació Joan Miró, con el apoyo económico de la Obra Social La Caixa, que se hace cargo de la dotación y de la producción de la exposición, que tras mostrarse en Barcelona itinerará por centros de Caixaforum aún por concretar, ha distinguido en sus ediciones anteriores -esta es la quinta- a los artistas Olafur Eliasson, Pipilotti Rist, Mona Hatoum y Roni Horn. Con Aballí, este año el galardón «se ha quedado en casa», se congratuló ayer Elisa Durán, directora general adjunta de la Fundació La Caixa, que junto con Rosa Malet, directora de la Miró, anunciaron el veredicto.

ADMIRACIÓN POR MIRÓ

Aballí quiso recordar su admiración por Miró -«Su trabajo por ampliar los límites del arte y la pintura es la preocupación que me ha hecho trabajar a lo largo de estos años»- y destacó, además de su «ironía y humor» y «su carácter generoso y solidario» política y socialmente, «su vinculación con otros ámbitos de la cultura, como la literatura, el teatro, la danza o la música, y con la cotidianidad y con los elementos cercanos», sobre los que evocó una frase del pintor catalán, que decía que «cuando caminaba por el campo no miraba al horizonte sino al suelo, a las piedras que pisaba».

EL POLVO O EL TÍPEX COMO MATERIALES

De esa cotidianidad y cercanía ha bebido Aballí para componer sus obras y elegir los materiales con que las crea. Desde recortes de los periódicos que ha leído y ordenado durante años -de ahí surgieron Listados o Calendari- hasta el típex -Correcciones o Espejo-error-, el polvo de su mesa de trabajo -Vitrina (Polvo-Gris)- o botes de pintura abiertos que «se secaron mientras pensaba qué hacer con ellos» (Malgastar). Tras estudiar Bellas Artes en la Universitat de Barcelona, evolucionó hacia nuevas vías artísticas como la instalación, el colaje (Cielos), la fotografía y el vídeo (Desapariciones) para acercarse al arte conceptual, al que ha vinculado su carrera, con exposiciones en la Bienal de Venecia y en museos y galerías de todo el mundo. El jurado también destacó el «papel como mentor de artistas jóvenes» de Aballí, profesor de la Escola Massana entre 1990 y el 2007.