tú y yo somos tres

Un pomelo en el Pati dels Tarongers

ferran Monegal

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No sabría decirles si Carles Puigdemont y Oriol Junqueras han quedado complacidos con la entrevista que les acaba de hacer el director de TV-3, <b>Vicent Sanchis</b>, en el <i>Pati dels Tarongers</i>. Me parece que no demasiado. Por ejemplo, hubo un momento, casi al final, en que a Sanchis se le ocurrió adornar sus dos últimas preguntas con este marco: «Permítanme un par de preguntas un poco impertinentes...». ¡Ah! Era una fórmula retórica, intrascendente, que no buscaba más que simpatía y travesura light. Pero la respuesta de Junqueras fue inmediata. Exclamó: «¿Más impertinentes?»; o sea, ¿todavía más? Y aunque lo remató con una aparentemente cordial carcajada, podríamos deducir que la sesión no le había gustado, al menos no de una manera entusiástica. La verdad es que Vicent Sanchis no se limitó a servirles en bandeja -que era lo que desde TV-3 siempre nos tenían acostumbrados- temas precocinados de antemano para que se fueran explayando con comodidad. Se permitió insistir una y otra vez en que aclarasen qué es lo que van a hacer a partir de ahora. Si firman la convocatoria de referéndum, ¿acatarán la inhabilitación que les caerá, como hasta ahora la han acatado, por ejemplo, Homs y Mas? ¿Cómo convencerán a los funcionarios para que, aun estando sujetos a sanciones, «se pongan de su lado»? ¿Tienen pensada alguna solución cuando los mossos tengan que «acatar la ley y pasen a ser controlados por el ministerio del Interior»? ¡Ahh! Sanchis iba insistiendo, pero las respuestas -dentro de una evidente incomodidad- eran vagas: «No se preocupe, no sufra, no pateixi... Y claro, Sanchis, lejos de tranquilizarse, «patia» más. Acabó diciéndoles: «No quiero insistir, porque veo que no me contestarán»; pero entonces sacó el tema de «la mobilització del poble», y tras asegurar ambos que sí, que llamarán al pueblo a movilizarse, Sanchis les respondió: «Cuidado, entonces los contrarios al referendum también tienen ese derecho». ¡Ah! Ese instante dibujó en el aire una posibilidad de confrontación inquietante.

Ha sido una novedad inesperada,y y celebrable, que Sanchis se haya transformado un poco en el pomelo entre naranjos. El dulzor de la naranja empalaga. El exceso de azúcar no es sano. Y Sanchis, que es listo y lo sabe, ha puesto unas gotas ácidas. Las justas para que le quedase una entrevista biológicamente más sana que la que de un director de TV-3, puesto a dedo, cabía esperar.