50 AÑOS DESDE EL DEBUT

Plácido Domingo celebra sus Bodas de Oro con el Liceu

El célebre tenor reconvertido en barítono protagoniza 'Simon Boccanegra,' de Verdi, a partir del sábado

Placido Domingo

Placido Domingo / periodico

MARTA CERVERA / BARCELONA

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Cuando inició su carrera como cantante Plácido Domingo nunca imaginó un protagonismo tan longevo en la lírica donde ha interpretados 146 roles que piensa incrementar en próximas temporadas. A sus 75 años el tenor español reconvertido en barítono celebra este sábado el medio siglo de su debut en el Liceu donde protagoniza 'Simon Boccanegra', de VerdiDavinia RodríguezRamon Vargas y Ferruccio Furlanetto, entre otros, le acompañarán esa noche en escena con la Orquesta y los coros del Gran Teatre dirigidos por Massimo Zanetti.

Será su función número 3822. "Las cuento todas", asegura este incombustible artista que este lunes llegó a Barcelona procedente de Nueva York donde el sábado interpretó el mismo rol en el Nueva York. "En el MET llevo 750 funciones cantadas y dirigidas casi 200. Es un número enorme", reconoció el polifacético intérprete.

En el Liceu ha cantado más de un centenar de veces en 31 óperas y dos conciertos desde su debut el 1 de enero de 1966 que también supuso su debut en España. Entonces cantó 'La mulata de Córdova', de José Pedro Moncayo, 'Carlota', de Luis Sandi y 'Severino', de Salvador Moreno con la Ópera Nacional de México. "El Liceu de hace 50 años tiene poco que ver con el de hoy. El teatro de entonces era mucho más pequeño y la sala foyer donde ahora estamos era sala de ballet. Desde entones el Liceu ha subido de categoría. Ahora todo el mundo viene a cantar y todos están encantados en esta ciudad y con su teatro, donde el público es entendido y muy cariñoso", señáló.

BUENOS RECUERDOS

Tan entusiasta como siempre, Domingo recordó los años en los que Barcelona fue su hogar. Entre 1972 y 1980 echó en ancla en la ciudad para que sus hijos pequeños pudieran educarse en España. De aquella época recuerda lo bien que lo pasaban en el Liceu, entonces gestionado  por el empresario Juan Antonio Pamias. "Cuando venían las fiestas todos los cantantes españoles importantes que vivíamos en Barcelona como Montserrat (Caballé), Jaume (Aragall), Vicente Sardinero, Pedro Lavirgen y más tarde Joan Pons y José Carreras nos juntábamos todos. Eso permitía montar en el Liceu repartos que difícilmente veías en otros teatros".

De aquella época guarda con especial cariño una 'Manon Lescaut', de Puccini,  en 1972 con Virginia Zeani; las funciones de 'I vespri siciliani', de Verdi (1975), y 'L’Africaine', de Meyerbeer (1977), con Montserrat Caballé. "También fue muy especial la famosa Fedora con Renata Scotto donde dimos la bienvenida a José Carreras la noche que, tras un año ausente a causa de la leucemia, Carreras volvió al Liceu como espectador". Con él y Luciano Pavarotti formó más tarde Los Tres Tenores, una propuesta que popularizó la lírica.   

SIN FECHA PARA LA RETIRADA

Pese a la edad, Domingo considera que no ha llegado el  momento de la retirada. Disfruta demasiado con su trabajo y no es el único, el público le sigue."Sé que voy a tener que retirarme, la voz no es eterna. Pero he encontrado un refugio en cambiar de cuerda. Tras cantar medio siglo como tenor ahora canto las partes baritonales del repertorio y me siento cada día más a gusto con ellas". Mientras se sienta bien de facultades y la salud aguante –en el 2010 superó un cáncer de colon- seguirá adelante. "Yo soy el juez más duro conmigo mismo", añade. "En nuestra carrera hay momentos de duda y momentos en los que la crítica duda de uno. Lo bueno es que el público no lo siente igual. Eso es lo más importante".

No tiene una receta mágica para mantener el espíritu joven pero para él renovarse es vital. El día que deje de cantar se centrará en sus conciertos como director de orquesta y en sus labores al frente de la Ópera de Los Ángeles y del concurso Operalia, con 24 años de historia. 

NUEVOS RETOS

Entre sus próximos proyectos operísiticos figuran 'Thaïs', que cantará en el Liceu la próxima temporada. Además prepara dos nuevos roles verdianos: el Marqués de Posa en 'Don Carlo' y el de Miller, de 'Luisa Miller'. También le interesan de Donizetti títulos como 'Belisario', apenas representado, y 'Roberto Devereux'.

"Yo firmo los contratos pero no garantizo nada", declara consciente de estupor que causa en algunos su vertiginoso ritmo de trabajo. "Este mundo de la ópera es una locura y se firma todo con mucha antelación. Tengo contratos durante los próximos tres años. No sé si voy a llegar. Eso espero. Si los firmo es porque tengo el entusiasmo y las ganas de llegar".