Análisis

La película determinante del nuevo cine americano

Brian de Palma, Steven Spielberg y Martin Scorsese, en los años 70.

Brian de Palma, Steven Spielberg y Martin Scorsese, en los años 70.

Quim Casas

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Paul Schraderhabía escrito con su hermanoLeonard, grandes aficionados los dos a la cultura japonesa, una película sobre la relación entre un detective estadounidense y un yakuza japonés, Yakuza,realizada en 1974 por Sydney Pollack. Por aquel entonces era un desconocido en la industria de Hollywood. Hoy no es que sea una estrella, pero tiene una larga carrera como guionista y director a sus espaldas que incluye títulos controvertidos y otros de razonable éxito. Como realizador:Hardcore, un mundo oculto(un descenso a los infiernos porno de un calvinista convencido),American gigolo(sobre la amoralidad y la culpa),El beso de la pantera(remakedel clásicoLa mujer pantera), Mishima(retrato del conflictivo poeta y militarYukio Mishima) oEl placer de los extraños(un juego de perversas seducciones en los canales de Venecia).

Como guionista, el paso posterior aYakuzafue escribir el infernal guion de una película que acabaría titulándoseTaxi driver(1976), piedra angular de la etapa más fecunda del nuevo cine americano que se había forjado a finales de los años 60 en el seno de la propia industria: el cine de los denominadosnuevos bárbaros(Martin Scorsese, John Milius, Brian de Palma, Peter Bogdanovich, Francis Ford Coppola, Terrence Malick,el primerSteven Spielberg, George Lucas, Michael Cimino), un grupo heterogéneo de cineastas jóvenes que querían cambiar las reglas de Hollywood desde el interior, trabajando de forma independiente para los estudios. Algunos lo lograron (Scorsese, Schrader oDe Palma). Otros no tardaron en crear sus propios imperios (Lucas y Spielberg). Otros fracasaron en el intento (Coppola y el sueño desmantelado de sus estudios Zoetrope, Cimino y el descomunal descalabro comercial deLas puertas del cielo). Algunos, persistentes, tardaron 20 años en volver a dirigir (Malick).

LA GUERRA DE VIETNAM/ En este contexto, en esta situación de verdadera ebullición que le cambió la cara al cine norteamericano,Taxi driver aparece como el título de referencia. Estamos en 1976. Un año antes se había estrenadoTiburón,el primer gran éxito deSpielberg. Coppola ya tenía un hueco importantísimo en la industria gracias a la repercusión de las dos primeras partes de El padrino, pero estaba a punto de iniciar la quimérica aventura de Apocalypse now, obra maestra que le costaría buena parte de su fortuna. De 1976 es también Fascinación, un homenaje aHitchcock perpetrado porSchradercomo guionista y De Palma como director. EnTaxi driverse habla de las repercusiones psicológicas en los excombatientes de Vietnam, y apenas dos años después llegaríanEl cazador, deCimino, yEl regreso,de Hal Ashby,las dos primeras películas que trataron desde una óptica nada patriótica la participación norteamericana en el conflicto vietnamita.

Taxi driver creó el clima adecuado, fue el filme a seguir.Schradervivió un calvario para concluir el guion. Noches sin dormir con sustancias de lo más diverso y el guion como un exorcismo personal para no descender del todo a los infiernos. Scorsese, con el que seguiría trabajando (Toro salvaje, La última tentación de Cristo) lo trasladó a la pantalla con una virulencia inusual y Robert de Niro acometió el personaje de Travis Bickle como si fuera el último de su carrera. Nada podía ser ya los mismo en el cine norteamericano tras este auténtico vendaval.