La música irrepetible de Pascal Comelade

El pianista publica las reediciones de 'El primitivismo' y 'L'argot du bruit', y el nuevo trabajo 'Concepte general de la quincalla catalana'

El músico rossellonés Pascal Comelade.

El músico rossellonés Pascal Comelade. / periodico

JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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Revisitar el pasado sin más, como operación de reconstrucción, no es posible para Pascal Comelade, que concibe la creación como una sucesión de situaciones irrepetibles. Por eso, un acto tan común como la reedición va más allá y vemos cómo dos de sus trabajos clásicos, ‘El primitivismo’ (1987) y ‘L’argot du bruit’ (1995), renacen ahora con nuevas formas: piezas inéditas y versiones renovadas de las mismas canciones. “Mantienen la misma espina dorsal, pero son otros discos, con otras lecturas”, resume el pianista rosellonés.

Ambas obras, así como ‘Concepte general de la quincalla catalana’, disco con canciones nuevas, las lanza Discmedi para su distribución en España, no en Francia. ‘El primitivisme’, así se titula la reedición, con su portada de Ceesepe, consta de una edición en vinilo de 300 copias e integra grabaciones inéditas de la época, y ‘L’argot del soroll’, en compacto, recupera colaboraciones con Jaki Liebezeit (Can) y Jean-Hervé Peron (Faust), instituciones de ese rock de vanguardia que adora. “Los cuatro discos de Faust son históricos, igual que casi todo lo de Can, el primero de Neu!... Grupos que tenían esa voluntad de ir más allá del rock’n’roll”, explica entusiasmado.

PJ HARVEY Y ROBERT WYATT

‘L’argot del soroll’ luce una foto suya con PJ Harvey, tomada cuando la británica actuó en Zeleste (Razzmatazz) en 1998. Siguen ahí sus dos piezas a medias, ‘Love to soon’ y ‘Green eyes’, esta con nuevas capas instrumentales. “Le faltaba caña: guitarra eléctrica, teclados, batería…”, estima. Aunque dice no saber “casi nada” de inglés, se entendió con Harvey “hablando de blues y de Captain Beefheart”. En cualquier caso, hablar de música con músicos no es lo suyo. “Es lo peor, me cuesta mucho. Tocamos temas periféricos: cocina, política, cine…” Excepto con Robert Wyatt, revela, otra presencia del disco muy estimada, aunque él hubiera preferido no grabar ‘September song’, de Kurt Weill, sino “una canción más ‘variété’, quizá italiana, con menos tradición jazzística”.

A esas colaboraciones cabría añadir otros intentos que no cuajaron, con David Cunningham (The Flying Lizards) o Stuart Staples (Tindersticks), quien le visitó a su casa de Vernet, junto al Canigó. “Pensábamos hacer algo juntos pero no salió nada. El problema es que es casi imposible actuar en el Reino Unido”, explica. Comelade ha pisado solo una vez un escenario de Londres, el del Barbican Centre. “En un festival de world music”, precisa mientras se le escapa la risa.

OTRAS FÓRMULAS

Su actualidad se completa con ‘Concepte general de la quincalla catalana’, que recoge piezas grabadas en los últimos cuatro años. “Un disco que considero nuevo, con material disperso”, señala. Además de los colaboradores estables aparecen Xarim Aresté y Cabo San Roque. A todo esto, la Bel Canto Orquestra ha quedado liquidada tras un concierto final, el pasado junio, en Lyón. ¿Y ahora qué? “Tenía ganas de terminar con ese concepto de orquesta, repertorio, músicos, gira… Quiero probar otras fórmulas”. ¿Con qué nombre? “Ninguno. O un nombre para cada concierto, para cada situación”. 

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