OTROS ESCENARIOS POSIBLES

Bailando techno en la plaza de toros

Decenas de 'discjockeys' europeos han pinchado durante tres días en la Monumental en un evento denominado La Gran Corrida Cultural

La Gran Corrida Cultural, en la plaza de toros Monumental.

La Gran Corrida Cultural, en la plaza de toros Monumental. / periodico

NANDO CRUZ / BARCELONA

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Los alrededores de la plaza de toros Monumental están desiertos, pero desde la calle se percibe un extraño bombeo de graves. No es demasiado molesto. El tráfico de la Gran Via es más ruidoso. Pero algo pasa. Ahí dentro no se celebran corridas desde que José Tomás despidió la temporada del 2011 y el último espectáculo que ha acogido el coloso neomudéjar fue un campeonato de lucha medieval. Pero son las diez de la noche y la entrada principal está abierta.

Tras rodear el callejón interior buscando el acceso al ruedo, la estampa es más inesperada de lo que cualquiera pudiera imaginar. Unas 600 personas están bailando techno. Bien pensado, no es tan extraño. Durante la semana del Sónar, Barcelona acoge decenas de fiestas paralelas en las localizaciones más insólitas de la ciudad. #BarcelonaNoEstàEnVenda, queremos defender, pero hay un sinfín de espacios en alquiler para cualquier tipo de evento o fiesta. La que se organiza año tras año junto al falso monasterio de Sant Miquel del Poble Espanyol, por ejemplo, es muy celebrada entre los visitantes británicos.

NUEVE DJS, NUEVE

Pero, ¿techno en una plaza de toros moribunda? En realidad, es una fiesta de cumpleaños, la del 15º aniversario del sello alemán de techno Get Physical. Es la primera de las tres veladas que se celebrarán en el coso barcelonés. Es ‘La Gran Corrida Cultural’. La entrada es gratuita, pero los asistentes tenían que reservar sus invitaciones a través del portal de la empresa Creaductions. En la puerta de los lavabos hay fotocopias con el horario de las actuaciones. Serán nueve sesiones de otros tantos 'discjockeys'. El sarao ha empezado a las tres de la tarde, razón por la cual se recomendaba traer sombrero, crema solar e hidratarse mucho. El público ha sido aún más previsor. No ha empezado a ir hasta pasadas las siete. A primera hora, el coso era un solar. No estaba ni el arenero, cuentan varios sufridos camareros que llevan ahí dentro desde la una.

El escenario está plantado sobre la arena y flanqueado por dos torres de altavoces de más de tres metros de altura. Una pantalla gigante formada por una veintena de módulos proyecta imágenes de refuerzo. Varias redes gigantes de plástico rojo colgadas a modo de emparrado sintético hacen que el espacio sea algo más acogedor. Las gradas están cerradas al público, de modo que la sensación de ser pocos en tan monumental recinto es inevitable. Booka Shade y M.A.N.D.Y. son los grandes alicientes del cartel, pero esto no se llenará hoy. Solo en el ruedo cabría el doble de gente. (Se abre paréntesis viejuno: no veía esto tan vacío desde que actuaron los B-52’s en 1989. Acababan de publicar el extraordinario ‘Cosmic thing’ y compartieron la velada con Huapachá Combo, Quico Pi de la Serra y Ramoncín. Se cierra el paréntesis viejuno).

Los técnicos de sonido e iluminación se han ubicado en el burladero, a la altura de las plazas antaño reservadas a los delegados gubernamentales. Todo el perímetro del coso está ocupado por las barras, excepto un punto donde un restaurante mexicano de Vic vende tacos, burritos y nachos. El bar de la zona reservada está en la puerta del toril, bajo ese cartel en el que se solía anotar la ganadería, la edad y el peso del toro a sacrificar. El tipo con chilaba que pasea por el reservado es Audiofly. Acaba de actuar y está apalabrando un contrato en otro festival. El público baila sobre la arena, pero el suelo de la zona VIP se ha cubierto con alfombras de césped artificial. Al final, los guiris que llegan a la ciudad atraídos por el Sónar creerán que el césped artificial es flora autóctona.

EN 'STREAMING' PARA EL MUNDO

Cuesta creer que salga a cuenta alquilar un recinto tan inmenso y desplazarse desde Berlín para montar una fiesta de cumpleaños tan desangelada, pero el mundo de los eventos responde a otro tipo de lógicas y... hey, 'this is Barcelona'. Además, en un lateral del escenario, atrincherado bajo cables y monitores, un realizador está mezclando las imágenes que recibe desde cuatro cámaras para retransmitirlas al mundo vía 'streaming'. Cualquier suscriptor de Be-AT TV (un canal inglés que igual te filma sesiones en Playa Carmen que en Reykyavik) podría estar viendo, escuchando y hasta bailando el ‘Oh, Superman’ de Laurie Anderson que están pinchando ahora mismo Booka Shade, convenientemente reforzado con bombo techno, en una plaza de toros de España. Ole, ole y ole.

El idioma oficial en la zona vip es el inglés. El alemán se acepta como lengua cooficial. En el coso cambia la cosa: el español supera al alemán, pero el inglés sigue siendo la lengua madre en esta gran corrida cultural. Dos chicas orientales acaban de entrar. Su cara de asombro al ver la plaza sería ideal para esos anuncios cazaturistas que ponen en el Aerobus. El 'set' final de M.A.N.D.Y. está desatando la euforia. Tanto, que los technoadictos empiezan a tragarse el polvo que levantan al bailar sobre la arena. Tanto, que la tropa de Get Physical ha decidido subir al escenario a bailar. Tanto, que varias espectadoras, viendo que no hay vigilantes a babor ni a estribor, también suben a bailar al escenario.

El vapor que bombean las máquinas de humo, mezclado con el polvo que levanta la arena, genera una sensación de despiporre cósmico que no acaba de corresponderse con la realidad. Da igual, el realizador hace maravillas con las imágenes. Visto desde su pantalla, parece la mejor fiesta Off Sónar del año. Solo es una más, claro. El sábado, Be-At TV retransmitirá otra desde la terraza de la décima planta del Hotel Diagonal mientras la Monumental se llenará, esta vez sí, con otra maratón de productores de techno principalmente italianos.

El 99,9 % de barceloneses nunca sabrá que la semana pasada la única plaza de toros de esta ciudad estuvo abierta durante tres días. Si alguien pasó de madrugada por ahí, tal vez sospechó que algo raro pasaba al ver esos ocho tipos esperando en la parada del autobús. Los ocho iban con el torso desnudo. Bueno, eso ya no es tan raro. Durante una semana, Barcelona deja de ser La Botiga Més Gran del Món y se convierte en La Discoteca Més Gran Del Món.