ESTERNO EN EL MERCAT

'Auguri', danza a la carrera

Olivier Dubois acelera al máximo el movimiento de 22 bailarines del Ballet du Nord en una pieza sobre la búsqueda de la felicidad

'Auguri', Ballet du Nord, Olivier Dubois

'Auguri', Ballet du Nord, Olivier Dubois / periodico

Marta Cervera

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Si la danza ya es de por si un difícil ejercicio de precisión y esfuerzo físico, moverse a la carrera por el escenario supone algo más, un plus que Olivier Dubois exige a los 22 bailarines de 'Auguri'. La obra del Ballet du Nord, que recala  solo tres días en el Mercat de les Flors a partir de este jueves, supone un enorme desgaste para los intérpretes, que no dejan de correr como locos durante una hora de función. Todo es muy intenso y veloz en 'Auguri' (2016), obra que forma parte de un ciclo sobre la búsqueda de la felicidad compuesto por 'Révolution' (2009), 'Rouge' (2011) y 'Tragédie' (2012). 

Consciente del reto que suponía estar moviéndose a tope durante toda la función, Dubois contrató a Alain Lignier, preparador físico profesional que trabaja con atletas franceses olímpicos. "Alain alucinó con la capacidad de los bailarines. Su trabajo con nosotros le ha hecho cambiar su manera de entrenar a los profesionales del deporte", ha recodado en una rueda de prensa en el Mercat. El objetivo era que pudieran llegar al final de la función y repetir tres funciones seguidas sin desfallecer y evitar lesiones, todo un reto en un grupo de gente con diferente constitución y edad, de entre 23 y más de 50 años.  

Tras asistir a algunos ensayos, desarrolló una dieta y un programa de ejercicios, "con especial atención a las rodillas y los muslos", para preparar el periodo de ensayos, otros para realizar como calentamientos antes de salir a escena y una tercera tanda para realizar después y destensar los músculos. "Meternos en esto ha sido una locura, pero una locura maravillosa", afirma Dubois, considerado el 'enfant terrible' de la danza.

Cuerpos que corren, se lanzan, se esquivan, huyen, se persiguen a la carrera. ¿Puede considerarse danza esta pieza? "Sé que solo gente con la mente de un bailarín puede hacer este trabajo", indica. "Hay más de 1.140 entradas en en escena en este espectáculo, creado como una partitura. Todo responde a una estructura muy precisa, pero la velocidad lo puede cambiar todo y la capacidad para reaccionar de los bailarines es clave". Sin aliento, así acaban sus intérpretes que Dubois compara con pájaros, como esas bandadas de estorninos que crean formas imposibles e increíbles a gran velocidad, rozándose. "En 'Auguri' busco la armonía entre voces con diferentes cuerpos. También busco la transformación de esos cuerpos, su metamorfosis a través de un esfuerzo titánico que crea un montruo poético". 

La banda sonora de François Caffene, fiel colaborador de Dubois, es una sinfonía donde se mezclan desde la música electrónica a instrumentos convencionales. "La idea era recrear musicalmente ese caos original del 'big bang''.

Inmune a las críticas

A Dubois no le importa si le critican. Casi considera un honor que le llamen 'enfant terrible'. "Que se fijen en mí ya es una declaración de amor. Nunca hago las cosas pensando en los críticos, tampoco en el público. Que nadie espere de mí que haga lo que ellos quieren porque mis obras son solo una manera de responder preguntas que me planteo".  

Igual de resuelto se mostró cuando explicó sus motivos para dejar el Centro Coreográfico de Roubais Hauts-de-France antes de final de año para instalarse con su compañía en París, aliándose con la factoría creativa de Centquatre. "Los Centros Coreográficos se han quedado obsoletos. Para mí un lugar donde el 93% del presupuesto se dedica a pagar sueldos de funcionarios, que no a los bailarines, y solo un 7% a la parte creativa, a la producción, no puede ser un proyecto artístico", criticó, cansado de luchar contra los burócratas durante cuatro años.  "Pero conste que he aprendido mucho porque he visto lo peor del ser humano".