EL PLAN CULTURAL PARA HOY

La nostalgia por el cine del pasado

La novela 'Adios a Cinecittà' recuerda los míticos estudios italianos

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Eduardo de Vicente

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No hace falta ser un genio para darse cuenta de que el cine ya no es lo que era. Las multisalas proyectan continuamente películas de superhéroes supertaquilleras y el refugio del cinéfilo suelen ser esas pocas salas con una programación de autor en versión original. En momentos como el presente a los cinéfilos nos ataca la nostalgia de lo que fue ese cine de estrellas que brillaban más que el firmamento y cuando ese arte, el más importante del siglo XX, era el centro de atención de la sociedad. Para poder volver atrás la mirada a veces es bueno que alguien nos ayude y eso, precisamente, es lo que ha hecho Julián Comas con su libro Adiós a Cinecittà, que nos transporta a aquellos famosos estudios romanos de los años 40 y 50 donde rodaron Federico Fellini y Vittorio de Sica. Una época irrepetible e inolvidable.

La trama se ambienta en dos épocas con 60 años de diferencia. Arranca en el 2017 cuando el periodista cinematográfico Jerry Weintraub se desplaza hasta Roma para hacer un reportaje sobre el cierre de los estudios de Cinecittà. Todo un símbolo de la era dorada del cine, un espacio de unos 600.000 metros cuadrados donde se rodaron unas 3.000 películas y que acogió superproducciones como Ben-Hur, Quo Vadis y también filmes más recientes como Máximo riesgo o Gangs of New York. Pero sus planes se alteran tras conocer casualmente a Gino, un anciano empleado que trabajó allí muchos años y que le cuenta batallitas.

Los secretos del rodaje de 'Adiós a las armas'

Al escritor le llama la atención y decide cambiar de enfoque y tener una larga charla con él para que le explique sus recuerdos del turbulento rodaje de Adiós a las armas (1957), cómo John Huston abandonó el proyecto y fue sustituido por Charles Vidor, las aventuras romanas de Rock Hudson y el intento de secuestro de la actriz Jennifer Jones, que era también la esposa del productor, el mítico David O. Selznick, artífice de Lo que el viento se llevó. En este momento, la acción retrocede en el tiempo y viajamos con él a los 50 para descubrir los secretos de aquella filmación. Leyendo el libro dan muchas ganas de recuperar la película que cita aunque, un detalle importante, es mejor verla antes de empezar a leer, ya que contiene muchos spoilers.

La novela va alternando continuamente ambas historias y describe minuciosamente la labor de muchos técnicos cinematográficos importantes que suelen ser obviados como el director artístico o el productor al que Selznick le cede las riendas para solucionar el día a día. Vendría a ser algo así como la versión literaria de La noche americana Un retrato cariñoso y nostálgico de las interioridades del cine.

El nombre del autor de Adiós a CinecittàJulián Comas, es el seudónimo que ha escogido el escritor y lector profesional de guiones, Jordi Solé, para homenajear a su madre, Julia Comas que fue quien le contagió su pasión por el cine y que era una gran fan de Rock HudsonSolé ha colaborado en temas cinematográficos en diversos diarios así como en radios, revistas y televisión (El club) y en muchos de sus libros combina la ficción con la realidad como en Barcelona Far West, con Buffalo Bill como protagonista u Operació Judas, donde un periodista contacta con Lluís Companys.