ENTREVISTA

Jo Nesbo: «La humillación es un móvil potente para llevar a matar»

El escritor noruego publica 'El leopardo', una nueva novela negra protagonizada por el comisario Harry Hole

ANNA ABELLA / BARCELONA

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Del más decadente Hong Kong de la Tríada al Congo de los señores de la guerra y los buscadores de coltán, ese preciado mineral que alimenta los móviles. Y en el epicentro, modestas cabañas en helados parajes de Noruega, y su capital, Oslo, esa Gotham City en la que lleva 10 novelas combatiendo el mal el comisario Harry Hole, el Batman particular creado por Jo Nesbo (Oslo, 1959), quien en la compleja, redonda y brutal El leopardo El leopardo(Roja&Negra / Proa), octava de la serie (seis títulos publicados en España), lleva a su protagonista, más alcohólico y autodestructivo que nunca, al borde de su propio abismo. Traducido a más de 40 idiomas y con más de 23 millones de ejemplares vendidos, este exbroker y excantante de un popular grupo de pop-rock, que abrazó la escritura en 1997 y tiene una fundación contra el analfabetismo en el Tercer Mundo, se ha convertido, con obras como El petirrojo, Némesis o El petirrojo, NémesisEl Muñeco de nieve, en el más solvente e infalible autor nórdico de novela negra.

-Su asesino en serie usa la manzana de Leopoldo, una bola que una vez metida en la boca es imposible sacarla sin que se disparen unas largas agujas de metal en todas direcciones... ¿Existe o es fruto de su mente ese instrumento de tortura? 

-Es cosa de mi imaginación. De niño iba con mi hermano a casa de mi abuela, que tenía un jardín con manzanas. Nos decía: 'no las podéis coger porque tienen que madurar'. Pero no decía que no pudiéramos comerlas sin cogerlas así que lo intentábamos. Y mi hermano me retó a ponerme una manzana grande en la boca sin arrancarla. Y lo hice. Pero entonces no podía sacármela y empecé a pensar en qué pasaría si no lo conseguía en un par de semanas y la manzana seguía creciendo. ¿Iba a explotarme la cabeza? Y de ese en principio dulce recuerdo de infancia surgió esa tortura...

-¿Y cómo logró sacársela? 

-Estuve bastante rato... mi hermano me ayudó cortando la parte de delante, girándola, cortando otra vez...

-En El Leopardo Harry Hole está hundido física y mentalmente. ¿El alcohol y el opio son su anestesia para huir de sus pesadillas del pasado?-Sí. La pregunta central es qué quiere y qué motiva al protagonista. En el caso de Harry, por un lado es contribuir a la manada, la sociedad, pero es una paradoja porque él es un solitario. Y a nivel personal, anhela la paz, la nada, el vacío, la ausencia total de dolor. De ahí su adicción a las drogas y el alcohol.

-Con Harry, el lector sufre y disfruta a la vez. ¿Podrá seguir haciéndolo?

-No lo sé, ya veremos... Es cierto que la novela está escrita con esa idea de tragedia. Todos necesitamos hacer algún tipo de catarsis y hacerlo a través de historias trágicas es sano, como quitar el dolor con un masaje. Y ayudan a disfrutar de la idea de que por mal que te vaya la vida y por más cosas malas que te pasen, siempre hay otro al que le va peor. Las historias que funcionan nunca son de victoria sino de fracaso. Por ejemplo, el símbolo más importante para la Iglesia no es un Jesús resucitado, ese el final de la historia no el clímax. El símbolo es la derrota, el sufrimiento, es Jesús en la cruz. ¿Por qué? No sé, pero es así. Si preguntas a un brasileño el momento clave de la historia del fútbol es la derrota de 1950 con Uruguay y ahora el 9-1 frente Alemania del Mundial. Para los serbios es la derrota de Kosovo de 1389 con los turcos.

-¿Sabía que para Catalunya es la derrota del 11 de septiembre de 1714?

-¿Lo ve?

-Su sospechoso dice que es peor la humillación que el dolor y la muerte. 

-Así lo creo. Hay gente que preferiría morir antes de hablar en público y es por el miedo de  verse expuesto y humillado ante los demás.

-¿La humillación puede llevar a alguien a matar?

-Sí. Una novela negra necesita un móvil potente para llegar a crímenes potentes, y la vergüenza y la humillación pueden provocar heridas emocionales ligadas a fuertes emociones humanas, como los celos, que pueden llevar al odio.

-¿Cómo se pone en la piel de un asesino en serie? 

-Yo escribo ficción y un asesino en serie es una metáfora del monstruo. Hablo con psicólogos y expertos, hasta con gente que ha cometido asesinatos aunque no es tan fácil encontrar un asesino en serie para entrevistarlo. Yo intento ponerme en la piel de una persona herida.

-En cuatro ocasiones Harry tiene el poder de decidir quién vive y quién muere, eutanasia incluida. 

-Ese poder está en el corazón de la historia: cuáles son las opciones morales que toma un personaje. Debes pensar ponerte en su piel y pensar qué habrías hecho tú, en qué era lo correcto y qué no. En la tragedia, en la historia oscura, la clave no es si el protagonista sobrevive físicamente sino si su alma estará en el infierno o en el cielo al final de los tiempos. Y para salvar su alma debe hacer lo correcto, aunque eso signifique sacrificar su propia vida. La pregunta clave no es si se resuelve el crimen, es si Harry, que está en duda permanente, está haciendo lo correcto.

-¿El título se refiere al asesino?

-En inglés se tradujo como Armoured heart, que es la sensación que se tiene atrapado por un alud, sin oxígeno porque la nieve te presiona el pecho y el corazón deja de latir. Aquí sugerí El leopardo. Es el perfecto cazador, no es tan fuerte como un león ni tan rápido como un guepardo pero sí muy sigiloso, tanto que se funde con el entorno. Es capaz de sincronizar su respiración con la tuya de forma que aunque lo tengas al lado no te das cuenta de que está ahí.