Natalia de Molina, una madre desahuciada

La joven actriz brilla en el drama social 'Techo y comida', ópera prima de Juan Miguel del Castillo

Natalia de Molina, protagonista de 'Techo y comida'.

Natalia de Molina, protagonista de 'Techo y comida'. / periodico

BEATRIZ MARTÍNEZ / MADRID

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Conocimos a Natalia de Molina en 'Vivir es fácil con los ojos cerrados', la 'road movie nostálgica' de David Trueba que la catapultó al éxito y con la que consiguió un Goya a la mejor actriz de reparto. A partir de ese momento se ha convertido en un rostro imprescindible dentro cine español y ahora vuelve a ratificar su condición todoterreno gracias a 'Techo y comida', un drama descarnado en el que interpreta a una joven sumida en una situación de precariedad laboral que se enfrenta al reto diario de sacar a su hijo adelante en medio de un panorama que no le ofrece ningún tipo de salida.

“Cuando leí el guion me dejó muy tocada durante días”, cuenta De Molina a este diario. “Era una historia muy cruda y real, y lo primero que pensé fue que necesitaba saber quién estaba detrás del proyecto, porque no quería que tuviera una mirada autocomplaciente, y que se regodeara en las miserias. Cuando conocí al director, supe que iba a tratarla de una manera respetuosa y delicada”.

Se trata de la ópera prima de Juan Miguel del Castillo, que se inspiró en el caso real de su propia vecina, que fue desahuciada de su casa sin que nadie supiera por el trance tan doloroso por el que estaba pasando. “Una de las cosas que más me gustan de mi personaje es la dignidad con la que se enfrenta a los problemas. La gente prefiere mirar hacia otro lado ante la miseria de los demás, pero es algo con lo que convivimos y no se puede obviar, porque forma parte de nuestra historia presente”.

Es inevitable pensar en el cine de los hermanos Dardenne cuando asistimos al calvario de esta joven condenada a vivir en los márgenes del sistema. Como ocurría en 'Rosetta', en 'Techo y comida' se apuesta por la austeridad formal, por la desnudez expresiva. Por una mirada humilde y brutalmente honesta a la hora de captar el vacío y la desesperación del personaje.

TEMA INCÓMODO

La película, además, ha salido adelante sin ningún tipo de subvenciones ni ayudas y ha sido rodada de manera totalmente independiente. “Hacer cine es una tarea titánica. Hay que ser héroes para sacar adelante una peli. Quizás por tratarse de un tema tan incómodo, no se quiso apoyar, pero teníamos claro que tenía que hacerse como fuera, y la libertad que transmite es muy gratificante”.

Natalia de Molina es también una luchadora. Es consciente que le ha tocado empezar en un momento muy difícil, y con la modestia que la caracteriza, ha abordado este personaje desde el más sincero respeto, desde el compromiso y la generosidad. Su nombre, con toda justicia, ya suena como favorito en las próximas entregas de premios.