Análisis

El Molino Gris

JOAN OLLÉ

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Me siento bien en el Poble Sec, tal vez porqueSerratnació allí o porque de peque me encantaba acompañar a mi padre a Ca´l Peret, un herbolario a tocar de El Molino que envolvía su alquimia vegetal, para quitarnos la tos, en paquetitos de papel de periódico. Para mí el Poble Sec, es decir, el Institut del Teatre, el Grec y el Lliure, mis tres casas de aquel barrio, huelen aún a mezcla de sanantes hierbas secas.

Pero antes del Institut, el Grec y el Lliure, hubo muchos otros teatros en mi segundo barrio, o, mejor dicho, en la gran avenida que, como un Sena sin agua, lo separa del resto de la ciudad. Se llama el Paral·lel que, como la Meridiana, toma su nombre de aquellas hilos imaginarios con los que los geógrafos anudan el planeta. Primero se asentaron allí infames barracas donde admirar a la mujer barbuda o al niño con tres cabezas, hasta llegar a ser, en los felices años 20 -cuando la gente andaba rápido como en el cine mudo- nuestro pequeño Pigalle. Si en el París de Francia tenían su Moulin Rouge, ¿cómo aquí, en tierras del Quijote, no íbamos a tener el nuestro?

La cosa empezó en 1898, año de generación y pérdidas, cuando el dueño de La Pajarera, un local de mala muerte repleto de marineros borrachos y obreros wagnerianos, decidió venderse el antro por 100 pesetas a un andaluz venido a estas tierras en busca de fortuna, que lo rebautizó como La Pajarera Catalana, y donde triunfó elCaballero Felip,ventrílocuo y artista polifacético.

Varios han sido los nombres del local a lo largo de sus muchas vidas: en 1905 le llaman Gran Salón del Siglo XX y así que pasan cinco años se rebautiza como Petit Moulin Rouge, título que mantendrá hasta que el franquismo lo castellaniza, decolora y se queda en El Molino. Fue en 1926 sede de la Unión Patriótica Española dePrimo de Riveray, durante la guerra civil, la CNT pasó a gestionar el local, igualando el sueldo a vedetes y camareros. Bajó el telón definitivamente en 1997.

De sus muchas estrellas fugaces conviene destacar aGranito de Sal, Condesita Zoe, Lola Montiel, la Bella Dorita, Johnson, Escamillo, Pipper, Gardenia Pulido, Mary Mistral... Tres de sus últimas reinas (Amparo Moreno, La Maña y Merche Mar) siguen estando guapísimas. Incluso una portuguesa de renombre internacional,Mísia,de ascendencia catalana, mostró allí sus jóvenes encantos.

Nunca fui un asiduo de El Molino: mimusic-hallde referencia siempre ha sido El Plata de Zaragoza, donde vi en sesión de tarde a un abuelico de boina y cayado peinar, embelesado, el pelo púbico de una maquietista mientras ella protestaba: «!Sé másdelicao,maño: parece que me pases el arado por el coño! De El Molino recuerdo un día que, instalado en primera fila ( la fila dels figuers), espié como uno de los músicos del foso, entre número y número, tomaba notas a lápiz de un manual de derecho civil: debía andar preparando oposiciones.

Paseo por mi barrio: Ca´l Peret está cerrado y la fachada gris perla de El (nuevo) Molino podría ser la de cualquierconselleria. Veremos qué se esconde dentro.