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La mayoría de edad

NANDO Cruz

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EL ATRACÓN DEL SÁBADO

No es el primer año que uno sale del Sónar con la sensación de haber visto en una tarde (la del sábado) más propuestas interesantes que en los dos días anteriores juntos. El raperoYellawolf, los asfixiantes Hype Williams, el ultraecléctico Illum Sphere,el aceleradísimoshowde Shangaan Electro y el impecableActress se cuentan entre los debuts más reveladores de esta edición; con permiso del rusoMujuicey el holandésMunchi. Todo ocurrió en apenas cinco horas. Tremendo atracón final.

LA LIMPIEZA 'TECHNICA'

El Sónar cumple 18 años consumando su reinvención como festival polirrítmico. De día ha sonado de todo: cumbia, ska, pasodobles, shangaan... El techno es un estilo claramente minorizado. Ni siquiera de noche hay rastro de Jeff Mills, Richie Hawtin, Carl Cox, Dave Clarke, Laurent Garnier, Marco Carola, Miss Kittin, Ellen Allien, Ben Sims... SoloÁngel Molinasigue en cartel. Y merecidamente, a tenor de la terrorífica sesión con que abrió el sábado.

EL MÁS DIFÍCIL TODAVÍA

El mundo de la música siempre depara sorpresas. Un año ves algo que el anterior te hubiese resultado inconcebible, pero dentro de 12 meses te parecerá normal porque estarás intentando digerir algo que acabas de ver y que el año pasado te habría parecido descabellado. No hablo deM.I.A.y Janelle Monáe (artistas de verdad), deChris Cunninghamy Cyclo (estos sí rompen barreras) o deDaito Manabey esos sensores que provocaban tics faciales a partir de la música; que también. Me refiero a los tocadores de Sephora ubicados junto al Macba y donde maquillaban gratis al público.

EN OTRA DIMENSIÓN

El destino ha querido que los dos momentos más álgidos de las protestas del movimiento 15-M coincidan con los dos festivales estrella de Barcelona. Teniendo en cuenta que el arte suele cuestionarse la realidad, extraña e incómoda la sensación deesto-no-va-conmigoque se vivió en el Primavera Sound y ahora en el Sónar. El ambiente en estos presuntos espacios de reflexión creativo no dista tanto del de una boyante convención de vendedores o la inmensa fiesta privada en casa del embajador de un país en llamas.