Adiós a un gran creador

Materia universal

Unas 11.000 personas brindan una emotiva despedida al artista

Esta tela, 'Terrós' (1984), se exponepor expreso deseo de la familia.

Esta tela, 'Terrós' (1984), se exponepor expreso deseo de la familia.

NATÀLIA FARRÉ
BARCELONA

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Pere Portabella recordaba ayer una de las últimas conversaciones que tuvo con Antoni Tàpies, amigo de toda la vida y vecino durante la infancia del cineasta, en la que el pintor de la materia constataba cómo el mundo del arte estaba últimamente obsesionado con el hecho mediático y se lamentaba del olvido que creía sufrir con un significativo: «De nosotros no se acuerda nadie». Y con un «¡si viera de qué manera han respondido los ciudadanos!» aludía ayer el cineasta a los numerosos visitantes que desde primera hora -a las ocho de la mañana ya había cola-tomaron la Fundació Tàpies para homenajear al pintor, que ayer fue incinerado en Collserola.

El martes fueron casi 3.000 y ayer la cifra llegó a los 8.000. Gente de toda clase y condición que, además de dejar su pésame en el libro de condolencias (ayer para agilizar la cola se habían puesto dos), paseaban, miraban, hablaban y, sobre todo, disfrutaban del arte. Ver algo así hubiera satisfecho y encantado a Tàpies. De la misma manera que saberlo emocionó a la familia. Los responsables de la fundación mantuvieron informada a la mujer y a los hijos del artista de la gran respuesta ciudadana que hubo durante toda la jornada. Esto y la intimidad pedida y respetada es algo que todos agradecieron y siguen agradeciendo.

ABIERTO EL FIN DE SEMANA / Y la mejor manera de dar las gracias, y dar la oportunidad de visitar la fundación a todos aquellos que aún no han podido hacerlo, es ampliar el periodo de exposición de las cinco piezas seleccionadas y exhibidas expresamente para la ocasión en la planta baja. En principio, las obras debían de retirarse hoy, pero la institución y la familia han decidido dejarlas también durante el fin de semana. Pero está vez la entrada no será gratuita, se pedirá una aportación simbólica de tres euros. Y hoy y mañana, tal como estaba previsto antes de la muerte de Tàpies, el centro estará cerrado para poder cambiar las telas del pintor que se exponen periódicamente en la primera planta y que muestran de forma rotativa los fondos de la colección del centro.

EL RECUERDO DE LOS AMIGOS / Si el martes fue el día de los políticos, ayer fue el día de los amigos. Pasaron por la sala el citado Portabella, Oriol Bohigas, Vicenç Altaió, Beth Galí y Eliseu Climent. Además de otros representantes culturales como el arquitecto Jordi Garcés, el catedrático Josep Maria Bricall y el escritor Josep Maria Espinàs. Y si el martes el recuerdo fue para el artista, ayer el pensamiento se dirigió a la persona. «Ciudadano ejemplar» y «hombre de gran categoría personal» fueron las frases más repetidas por sus amigos para referirse a él. Al igual que sus compromisos y su generosidad fueron repetidamente mencionados.

El más emocionante fue el testimonio de Eliseu Climent, que no se cansó de evocar la relación de Tàpies con Valencia. «Lo hemos tenido a nuestro lado en todos los momentos difíciles», afirmó el promotor cultural y presidente de Acció Cultural del País Valencià (ACPV). Climent se refería tanto a la multa de 500.000 pesetas (3.000 euros) que la delegación del Gobierno les impuso en 1974 por cantarEls segadorsyLa internacionalen la entrega de los Premis Octubre, como a la primera sanción (de 300.000 euros) impuesta por el Gobierno valenciano por la emisión, a través de los repetidores de ACPV, de la señal de TV-3. En ambas ocasiones, Tàpies donó una obra para crear litografías, venderlas y así financiar las penas económicas. «Con Tàpies sabías que si tenías un problema, él respondía».

Ayer también fue el momento de los artistas, de los creadores que son herederos de Tàpies en el reconocimiento internacional: Jaume Plensa y Miquel Barceló. Pero su presencia no fue física, más bien fue virtual. Ambos se encuentran fuera de Barcelona pero ambos homenajearon al pintor matérico a través del teléfono deEls matins de Catalunya Ràdio, que ayer se emitió desde la fundación. Habló también Perejaume, otro de sus abanderados. Y la conexión, además de para conocer un poco más sobre la obra y la persona de Tàpies, sirvió para saber que tanto Perejaume como Barceló tienen untàpiesen la cabecera de su cama.

Hubo más anécdotas como la protagonizada por Xavier Antich, presidente de la fundación, que a ratos se erigía en cicerone de algunos visitantes despistados que le preguntaban sobre qué ver y por dónde empezar. Y hubo recuerdos. El poeta Vicenç Ataió -la portada de su último libro,Un sereno en el cementiri de l'art, es posiblemente la última obra gráfica de Tàpies- evocó con ternura cómo le cogió la mano hace un par de meses en su último encuentro. Y Portabella, las ya lejanas reuniones en las que el pintor les mostraba a él y a Brossa los cuadros que escogía para las exposiciones y como su esposa Teresa -«fundamental en la obra y la vida de Tàpies»- siempre apartaba el cuadro que más interés despertaba en todos para añadirlo a la colección familiar.

Y al final una sensación compartida por todos los presentes: la gran idea que ha sido de convertir la fundación en lugar de encuentro y de pésame. A juicio de sus amigos ha sido «como estar con él».