ENTREVISTA

Leonor Watling: "Queríamos mostrar cómo nacen las canciones de Marlango"

El dúo presenta en la sala Barts su espectáculo 'Delicatessen', en el que despojan de arreglos temas propios y ajenos

Marlango antes de su concierto

Marlango antes de su concierto / periodico

JUAN MANUEL FREIRE / BARCELONA

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Marlango, el equipo de pop sinuoso formado por Leonor Watling y Alejandro Pelayo, llega el domingo a Barts con la gira 'Delicatessen', en la que recuperan temas propios y ajenos solo con piano y voz. Hablamos con ella.

Háblenos un poco de cómo surge la idea de actuar de esta guisa, tan desprotegidos... Hace un año hicimos un concierto de piano y voz en la sala Galileo Galilei de Madrid. ¡Lo pasamos muy bien, Alejandro y yo! Siempre hay libertad, incluso actuando con banda, pero siendo menos, estando solo lo esencial, todavía hay más. Surgió la idea de mostrar cómo nacen las canciones en Marlango.

O sea, en realidad no es una cuestión de facilidad presupuestaria. Bueno, la economía siempre influye, pero en este caso era una cuestión de coherencia. Si queríamos contar cómo nace todo, ¿tenía sentido llevar músicos adicionales? No pensamos que fuera necesario llevar a alguien más. La situación económica, sea como sea, ha servido para saber a quién le gusta tocar y a quién no. A nosotros es lo que más nos gusta.

La peor parte, en este sentido, se la llevan los músicos mayores. Ahora la profesión es más dura de lo necesario. Yo he visto a Leonard Cohen en directo y lo agradezco, pero debe de ser difícil para él. Él debería seguir escribiendo esas maravillas suyas.

La necesidad de girar ha cambiado todo, incluso el sonido de los discos. Se hacen discos menos espectaculares en parte por la dificultad de llevarlos al directo fielmente. Esos grandes discos de estudio... Ahora hay muchos menos. Pero espero que se recupere. Hay una realidad musical que no se puede llevar de gira y que es maravillosa.

Han definido su propia música como una terapia privada que, con suerte, luego es pública. ¿Cuáles eran los dolores a extirpar en 'El porvenir', su último disco? Un poco de todo. Cosas grandes y universales y cosas temporales, como un mal día. Nosotros tenemos la suerte de tener piano y cuadernos para enfrentarnos a ello. Somos unos privilegiados.

Era el disco de sus diez años como grupo, pero no aprovecharon para recordar. Era una obra sobre lo que está por venir. Recordar tiene mucho que ver con el tiempo libre y la quietud creativa. Cuando no te surge nada, te pones a mirar libretas antiguas. Nosotros no somos tanto de recordar. De hecho, solo nos planteamos las cosas en las entrevistas.

Al parecer, en esta gira aceptan peticiones de toda clase. ¿Qué les pide la gente? De todo. Y si Alejandro sabe cómo empieza, la empieza. Otra cosa es que sepa cómo acaba [risas].

No habrá versiones de reggaeton, imagino, porque Alejandro es antifan del género. A él no le gusta, a mí me parece genial. Aunque claro, como con todo lo que suena 24 horas al día, siete días a la semana, puedes acabar cogiéndole algo de manía.

Desde que expresa sus sentimientos en canciones, ¿le da algo más de pereza canalizar los de otros como actriz? No, al contrario, porque eso me permite descansar de mí misma. Te atreves a vivir cosas que jamás harías en la vida real. Todavía disfruto.

Tiene una nueva serie en camino, 'Pulsaciones', rodeada por un cierto secretismo. Suelte algo. No sé hasta dónde puedo contar... Es un 'thriller' con un gran equipo: el director David Victori, el actor Pablo Derqui... Se basa en la idea de la memoria del corazón. Y esto es todo lo que voy a decir.

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