ENTREVISTA CON EL Escritor

Manuel Rivas: "El poder se mueve mejor en el secreto"

Del contrabando de tabaco al narcotráfico, Rivas saca a la luz el poder y la corrupción de los años 80 en su Galicia natal

«El poder se mueve mejor en el secreto»_MEDIA_1

«El poder se mueve mejor en el secreto»_MEDIA_1

ANNA ABELLA / Barcelona

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La nueva novela de Manuel Rivas sabe a Galicia, aunque transcurre en Brétema, una localidad ficticia a orillas del Atlántico: del título,Todo es silencio(Alfaguara), que está inspirado en un poema de Rosalía de Castro, a ese mar que el periodista, novelista, ensayista y poeta defendió en su día del chapapote delPrestige, y que sabe convertir en un personaje más, pasando por esos poderes ocultos, esas mafias, que a lo largo del siglo XX han intentado dominar su tierra.

-Si uno mira la foto de portada del libro verá una escena clavadita a uno de los capítulos. En ella sale un niño al que unas manos adultas enseñan a disparar con una pistola contra una señal de tráfico. ¿Ficción?

-Mientras paseaba en un lugar bastante apartado de la costa vi esa imagen del adiestramiento de un chaval. Seguí andando como si no lo hubiera visto y volví más tarde. La señal de tráfico tenía un agujero. Quizá no tenía que ver con el narcotráfico pero era un adulto que enseñaba a un joven a disparar, algo que por desgracia pasa en muchos lugares del mundo. El libro tiene una lectura universal, lo que pasó en Galicia pasa en muchos sitios. Es la globalización delictiva, las mafias, y también la responsabilidad de los estados, y requiere una globalización de la justicia.

-Este salmo de la Biblia recorre la historia: «Los ídolos de los pueblos son de plata y oro. Tienen boca y no hablan, tienen ojos y no ven, tienen orejas y no oyen».

-Es de una modernidad increíble, es universal. Eso funciona cuando se acompaña de un proceso de intimidación, de producción de miedo , que logra suspender las conciencias en una mayoría social. Todos los procesos criminales de la historia, la quema de brujas, los nazis quemando judíos… ocurren por eso no porque hayan dos locos.

-¿Y en Galicia?

-Allí fue la propia sociedad la que se rebeló contra esa supresión de las conciencias: las madres que montaron las asociaciones contra la droga, que se plantaron ante los juzgados y los pazos de los capos. Esa gente que tenía tanto poder e iba en camino de tener más en ayuntamientos, cámaras de comercio, en agrupaciones políticas, se habían infiltrado y habían corrompido a instituciones y personas poderosas. Pero no contaban con las madres. Ahí hallas las chispas de esperanza en la historia, la fuerza de una rebelión como la de las madres de la plaza de Mayo. El libro acaba en el momento en que está arraigando ese poder oculto.

-«El verdadero poder se ejerce en la oscuridad y el silencio», escribe.

-Nominalmente sabes quién gobierna en el mundo pero no quién tiene el poder. El poder siempre se movió mejor en el secreto. Cuanto más se expande menos democracia y transparencia hay. El poder, como la droga, es un estupefaciente, es muy adictivo, quien lo tiene siempre quiere más. Si el viejo cacique iba a caballo, ahora tiene pazos, coches, propiedades, mujeres... Entonces, ¿por qué no comprar a los que me persiguen? Ahí surge la corrupción.

-Se centra en la transición del contrabando de tabaco al narcotráfico pero el delito en Galicia se reinventa.

-Galicia era el muelle de desembarco en Europa de los cárteles colombianos, que se fijaron en ella por que tenía muy buenos profesionales del crimen. La novela explica el proceso histórico de cómo se crea su tradición de internacionalización delictiva. Primero fue el wolframio, que vendían a los nazis para su armamento. Después vino el más desconocido tráfico de inmigrantes a Francia desde el norte de Portugal y sur de Galicia. Y luego el tráfico de dinamita para la pesca; no es algo del túnel de los tiempos: este mismo año hubo una redada y encarcelaron por ello al presidente de la cofradía de Vigo.

-El capo Mariscal dice: los contrabandistas, si los hay, son honestos.

-Lo que dice Mariscal escandaliza porque es un cínico con una elocuencia seductora. Con sus latinajos, su ironía, establece una jerarquía. Es un personaje valleinclanesco que haría callar a Corleone.

-Y el mar, omnipresente.

-Es un personaje. El mar también habla, anticipa lo que va a pasar. Cuenta la historia de cada época a través de lo que vomita. Empieza con naranjas y acaba echando muertos.