Los pioneros alternativos

Tres nombres propios de la generación que hizo de puente entre los 80 y 90 se alzaron entre los protagonistas de la noche del viernes en Primavera Sound. The Jesus & Mary Chain, sin disco nuevo desde 1998, sacaron del congelador su rock corpulento y con temprana filiación 'noise' ante una multitud necesitada de revulsivos físicos visto el frío y el viento, inéditos en el festival, que asolaban ese bello lugar junto al mar.

Los hermanos Reid tiraban, al cierre de esta edición, de su iniciático legado después de que The Breeders miraran igualmente hacia atrás y reprodujeran en su integridad su obra más popular, Last splash, que cumple 20 años. Kim y Kelley Deal, Jim Macpherson y Josephine Wiggs nunca fueron unos monstruos del escenario, y anoche su actuación, reforzada por un violinista, fue sobre todo una conmemoración fetichista. La actuación logró, eso sí, sacudir al público en las canciones más expansivas: Cannonball, No aloha y aquella parodia de los cantos evangelizadores del folk de los 60, 'Divine hammer'. En paralelo, el sofisticado neosoul de Solange, hermana de Beyoncé, intrigaba al numeroso público reunido en el escenario Pitchfork.

Por el Auditori pasó Christopher Owens (Girls), muy clásico y pastoral, con flautas traveseras y coros celestiales en su iluminado 'Lysandre'. La sala sí se llenó con un outsider oficial, Daniel Johnston.

ALMA PURA

A su bola, alternando canciones solo y con el grupo, cantando con una enfática concentración proporcional a sus entonaciones calamitosas. Pero, gallos incluidos, Johnston conmovió entonando 'Sweetheart' y 'Devil town' a cappella, jugando al rock'n'roll en 'Love wheel' y culminando con una de sus loas a las emociones puras, 'True love will find you in the end'.