Visita a París del rey del género de terror

Los miedos de Stephen King

Stephen King.

Stephen King. / AFP PHOTO / ERIC FEFERBERG

ELIANNE ROS
PARÍS

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Si Mike Jagger hubiera entrado en la sala posiblemente la expectación había sido la misma. Rodeado de guardias de seguridad, aplausos y una espesa nube de cámaras, Stephen King, el maestro de la novela de terror, fue recibido ayer en París como una de esas leyendas del rock que han entrado en la categoría de monumentos vivos de la historia. El escritor norteamericano, de 66 años, cruzó el Atlántico para ofrecer una de sus escasísimas ruedas de prensa en el viejo continente con motivo de la publicación de 'Doctor Sueño' (Plaza & Janés), obra en la que retoma el universo de 'El resplandor', publicada en 1977 y convertida tres años después en el célebre filme de Stanley Kubrick.

«Tenía curiosidad por saber cómo sería de mayor Danny. De hecho este personaje nunca abandonó mi mente», explicó el autor de más de 56 novelas, casi todas superventas (un billón de ejemplares en todo el mundo), de las cuales 38 han sido adaptadas al cine. ¿Qué ha sido del niño aterrorizado que deambulaba en su bicicleta roja por los desanjelados pasillos del Hotel Overlook? Tras la muerte de su madre, Wendy, de un cáncer de pulmón, Dan Torrance se ha convertido en un adulto alcohólico acosado por el recuerdo de su histriónico padre que vaga de ciudad en ciudad.

EL ALCOHOLISMO / «Mucha gente que creció en una familia con un padre o una madre alcohólicos se dicen, ¡yo nunca beberé! y de mayores se encuentran alcoholizados», resume King, que conoce bien la psicología del borracho. «Cuando escribí 'El resplandor' bebía mucho, he querido reconectar con una adicción que acaba con muchas familias». La suya sobrevivió al infierno -sigue casado con Tabitha Spruce, también escritora y madre de sus tres hijos- y tras su paso por Alcohólicos Anónimos, desde finales de 1980 se mantiene sobrio. A juzgar por su excelente aspecto físico -acentuado por un estilo muy 'casual' y un cráneo bien poblado- nada parece quedar de aquella mala época aparte de los recuerdos en su memoria.

Ayer, entre sorbo y sorbo de Coca-Cola 'light', buceó en los orígenes de 'El resplandor'. «Con mi mujer tuvimos una experiencia fantasmagórica. Nuestra luna de miel consistió en un fin de semana en Boston. Encontramos un hotel de aspecto agradable y nos dijeron que podíamos quedarnos si pagábamos al contado. Descubrimos que éramos los únicos clientes. Era muy extraño. Después de una terrorífica cena en un inmenso comedor totalmente solos, el libro estaba en mi cabeza», relató. Hoy, 36 años después, con 'Doctor Sueño' da por finalizada la epopeya de aquellos personajes. «He acabado con ellos, ya no sé qué pasa después con Danny», sentenció el autor de 'Carrie'.

LA FUERZA DE LA IMAGEN / En cambio, aunque su única experiencia como director de cine fue un fracaso -'La rebelión de las máquinas' (1986)- sí le han quedado ganas de hacer un nuevo filme. «Me encantó, me gustaría repetir ¿por qué no?». Sin embargo, rechaza plantear las novelas en función de su potencial cinematográfico. «Pertenezco a la última generación que creció sin televisión en casa. Mi experiencia visual viene del cine, y no hay duda de que la imagen tiene una gran influencia en mis libros, pero nunca se me cruza por la mente la idea de hacer una novela para que sea una película. Eso no funciona», analizó King.

En su opinión, la clave de una buena escena de terror radica en «crear personajes por los que la gente se preocupa», porque «la empatía es la particularidad de la naturaleza humana». ¿Lo que le aterroriza en este momento? «El declive», reconoció antes de definirse, con cierta sorna,  como «un viejo escritor gastado».

La degeneración humana también está presente en 'Doctor Sueño'. Su protagonista trabaja en un hospicio y tiene el don de percibir cuándo se acerca el momento final, idea inspirada en la historia real del gato de un geriátrico que se arrimaba a los moribundos.

¿Y la peor manera de morir? «Una crisis cardíaca en directo. Así que cuando tengan ustedes un ataque estando en el aire eso me proporcionará un buen material», bromeó con sonrisa afilada ante unos 200 periodistas.