Una película universitaria

De izquierda a derecha: Alba Cros y Laia Alabart (abajo) posan junto a Marta Verheyen y Laura Rius, en la Cineteca del Matadero, en Madrid.

De izquierda a derecha: Alba Cros y Laia Alabart (abajo) posan junto a Marta Verheyen y Laura Rius, en la Cineteca del Matadero, en Madrid. / periodico

OLGA PEREDA / MADRID

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'Les amigues de l'Àgata', todo un homenaje a la amistad, empezó como un experimento. Lo que iba a ser un corto, un trabajo de fin de carrera, ha terminado siendo una película de 70 minutos que este fin de semana se estrena en salas. Sus cuatro directoras, recién licenciadas en Comunicación Audiovisual en la Pompeu Fabra, no se lo acaban de creer. "Estamos digiriendo todo esto como podemos. Ni nos creemos que estemos aquí sentadas, concediendo entrevistas a periodistas", sonríen nerviosas.

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Las catalanas Marta Verheyen, Laura Rius, Alba Cros y Laia Alabart se conocieron en la universidad. A lo largo de los años fueron forjando una amistad sincera. Las cuatro se dieron cuenta de que lo que las unía era más poderoso (o, por lo menos, diferente) que los lazos que tenían con sus respectivos grupos de amigas del colegio. Ese sentimiento, ese paso de la niñez a la madurez, es el que han plasmado en 'Les amigues de l'Àgata', cuyo guion empezaron a escribir como trabajo de fin de carrera. Tenían 23 años (ahora tienen 25) y pensaban que, como mucho, parirían un corto. "Es algo que nos había pasado a las cuatro. Todas teníamos amigas de toda la vida, cuya amistad nació en el colegio, pero al entrar en la facultad nos dimos cuenta de que había cosas que nos separaban de ellas", afirma Alba Cros. "Para escribir es mejor hacerlo de lo que uno sabe. Por eso, apostamos por este tema", añade Laia Alabart.

SIMINIANI Y LACUESTA

Durante todo un año, bajo la batuta del profesor Gonzalo de Lucas y con tutorías puntuales de cineastas como León Siminiani ('Mapa') e Isaki Lacuesta ('Los pasos dobles'), las cuatro aspirantes a cineastas sacaron adelante el guion, el rodaje y el montaje. Se dieron cuenta de que aquella historia de amistad iba a ser más grande de lo que pensaban. Y que pedía un largometraje. "Valía la pena hacerlo así. Fue todo muy artesanal. Reclutamos a las actrices en escuelas de teatro. Rodamos en nuestras casas, tanto en Barcelona como en la costa Brava", cuenta Laura Rius.

Cuando la película era apenas un bebé, el festival de cine de Albacete quiso programarla. Fue la primera oportunidad y salió bien. "El público estuvo muy entregado y ganamos el premio del certamen, que fueron 3.000 euros. Nos vino genial porque invertimos ese dinero en la posproducción", explica Marta Verheyen.

Albacete fue el punto de partida. A raíz de esa exposición pública, el festival D'A de cine de autor de Barcelona también quiso programar 'Les amigues de l'Àgata'. Y todo hizo 'boom'. Lastor Media se interesó por un estreno en salas y, además, ganaron el premio del público. "Todo ha sido un proceso coral muy lento. Hemos ido poco a poco y ganando lo mínimo. Después de hacer la película nos dimos cuenta de lo difícil que es estrenar en salas. Pero, al final, todo nos ha salido muy bien. Ahora hay que ver cómo recibe la película el público", comenta Alba Cros.

AGUA FRESCA

Distribuida por Avalon, 'Les amigues de l’Àgata' es agua fresca en la cartelera. ¿Hay muchas películas dirigidas por mujeres, protagonizadas por mujeres y con guiones poco convencionales? No. El filme catalán, con improvisaciones muy guionizadas por parte de las actrices, retrata un sentimiento y unas emociones que muchos universitarios (y no universitarios) han vivido: ese momento en el que caes en la cuenta de que dejas de tener cosas en común con los que tú considerabas tus amigos del alma, los de toda la vida. 'Les amigues de l'Àgata' muestra, de verdad, cómo hablan y cómo se comportan las jóvenes. No hay diálogos ni situaciones impostadas. "Queríamos hacer un retrato real", concluye Alba Cros.