EL ANFITEATRO

Las sorpresas del Festival de Bayreuth

Plácido Domingo dirigirá 'La valquiria' el año próximo

Escena de 'Maestros cantores de Núremberg'.

Escena de 'Maestros cantores de Núremberg'. / periodico

ROSA MASSAGUÉ

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El Festival de Bayreuth creado por Richard Wagner en 1876 para la representación de sus óperas viene este año cargado de sorpresas, la mayoría muy positivas. Desde que Katharina Wagner, biznieta del fundador, se hiciera cargo del festival, ha habido la voluntad de hacer frente al pasado nazi del teatro de Bayreuth, de examinarlo de manera crítica. Que la dirección escénica este año de ‘Los maestros cantores de Nuremberg’ con la que se inaugura esta  edición se haya encargado a Barrie Kosky es significativo.

Esta ópera, la única cómica (a la alemana) de Wagner, fue adoptada por el nazismo como el gran símbolo de la grandeza y superioridad del arte alemán. El australiano Kosky (de quien el Liceo presentó una ‘Flauta mágica’ la pasada temporada), será el primer director de escena de origen judío desde el nazismo.

En esta misma línea de dirigir una mirada crítica al pasado, el nombre de Adolf Hitler sonó varias veces en el teatro en la tarde del lunes durante un concierto de homenaje a Wieland Wagner, uno de los nietos del fundador, de quien este años se conmemora el centenario de su nacimiento. Fue el británico Peter Jonas quien glosó la figura de quien había sido un gran director de escena cuyo pasado juvenil, junto al de su hermano Wolfgang, había estado marcado por la proximidad con el propio Hitler. Pero fue también quien emprendió, siempre con el hermano, la difícil tarea de desnazificar el festival.

Jonas, que entre otras cosas ha sido el director de la English National Opera y de la Ópera de Munich, hizo un brillante recorrido de la cultura en la que habían bebido tanto Richard Wagner como su nieto Wieland y alertó de peligros como el nazismo. En este sentido se puso en la más absoluta actualidad avisando de los riesgos que suponen el ‘brexit’ o la figura de Donald Trump.

El homenaje a Wieland Wagner fue también una rara sorpresa por tratarse de deshacer un entuerto familiar al que los Wagner han estado tan aficionados. Este nieto del compositor, que dirigía el festival junto a su hermano, tenía un gran talento artístico que puso de manifiesto en numerosas puestas en escena en Bayreuth y en otros teatros de distintos países que ejercieron gran influencia en la escena teatral europea.

A su muerte prematura en 1966, Wolfgang quedó como director único y hubo una voluntad no declarada explícitamente de borrar la enorme huella artística que había dejado Wieland. Ello se tradujo en enfrentamientos entre los hijos del difunto, en particular la muy combativa hija Nike, también dramaturga, y Wolfgang y su familia. Que ahora se le rindiera homenaje muestra una voluntad de pasar por encima de las disputas familiares y lo corrobora la presencia en el escenario durante el homenaje de Wolf-Siegfried, el hijo mayor.

Entre las novedades también hay las menos positivas. Ya se ha anunciado la programación del año próximo. Será un año sin un ‘Anillo del nibelungo’ como ocurre siempre que acaba un ciclo y antes de empezar otro. Sin embargo, hecho insólito en Bayreuth, se recupera ‘La valquiria’ de la tetralogía firmada por Frank Castorf que este año llega a su fin, de la que se harán tres representaciones. La parte positiva será la presencia de Matthias Goerne como Wotan.

La menos buena será la dirección musical de Plácido Domingo. No nos engañemos, Plácido ha sido un gran cantante, pero como director de orquesta no se puede comparar con ninguno de los grandísimos que han pasado por Bayreuth como Hans Knapperbutsch, Wolfgang Sawallisch, Karl Böhm, Pierre Boulez, Giuseppe Sinopoli o Christian Thielemann, por citar solo unos pocos.

También la presencia de Roberto Alagna en el nuevo ‘Lohengrin’ despierta suspicacias, particularmente por tratarse de un cantante cuyo repertorio se mueve entre la ópera francesa y la italiana. Aunque siempre puede haber sorpresas.