ESTRENO DE UN CLÁSICO DE SHAKESPEARE

Pesadillas de amor en el TNC

Joan Ollé escarba en el lado oscuro de 'El somni d'una nit d'estiu'

Imagen del montaje de Ollé que estrena el TNC, que acogerá también la muestra 'Shakespeare a Catalunya'.

Imagen del montaje de Ollé que estrena el TNC, que acogerá también la muestra 'Shakespeare a Catalunya'.

IMMA FERNÁNDEZ / BARCELONA

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Joan Ollé le ha visto el lado oscuro a la comedia más popular de William Shakespeare, El somni d'una nit d'estiu, que estrena el próximo miércoles en la Sala Gran del TNC. «Más que un sueño es una pesadilla; la pesadilla de una noche de amor. El amor es peligrosísimo, una mala bestia: los personajes de la obra se traicionan, humillan, casi se matan. No es una función Disney», aclara el director, que ha contado con un elenco de lujo, en calidad y extensión, para sacarle todo el «veneno y la profundidad» a un texto cargado de intenciones. El heterodoxo reparto de 18 intérpretes, más un pianista, incluye desde veteranos como Mercè Arànega, Lluís Marco o Enric Majó, a jóvenes talentos como Pau Viñals y Claudia Benito.

Ollé vuelve al TNC tras el éxito de  Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores de la pasada temporada. A petición del director del teatro, Xavier Albertí, aceptó enfrentarse a un autor al que teme, de ahí que apenas cuente con un lejano Romeo y Julieta en su largo currículo. «Shakespeare me da miedo porque no lo entiendo. Es más sabio, más inteligente, más joven», sostiene Ollé, que subraya la contemporaneidad del bardo parafraseando a Peter Brook: «El teatro ha de ir siempre hacia adelante. Es decir, hacia Shakespeare».

MÁGICOS LÍOS  /  Con el enredo de cuatro enamorados como trama principal, el relato nos traslada a una Atenas que celebra la boda entre el duque Teseo (Pere Eugeni Font) e Hipólita, la reina de las amazonas (Victòria Pagès). Dos jóvenes amantes, Hermia (Benito) y Lisandro (Albert Prat), se escapan al bosque huyendo de la imposición del padre de ella, que quiere casarla con Demetrio. Este y Helena, su antigua prometida, se adentrarán también en ese reino de las hadas gobernado por Oberón (Marco) y Titania (Arànega), donde el travieso duende Puck (Viñals) hará de las suyas. Escupirá además, apunta el director,  la frase lapidaria de la obra: «¡Qué estúpidos son los humanos!».

El traductor Joan Sellent incide también en las «aristas oscuras» que asoman en esta «aparente comedia romántica con hadas, tan representada en los colegios». Advierte que Puck podría significar el inconsciente freudiano, el lugar de los deseos e instintos reprimidos. En palabras de Ollé, el efecto de las flores de ese juguetón duende -que cambia la voluntad de los personajes, haciendo que se enamoren del primero que ven- es comparable al de «un gintónic en Luz de Gas a las 5 de la madrugada. ¡No hace falta magia!».