Jesse Malin, fénix del rock

El antiguo aliado de Ryan Adams resurge tras un largo silencio con dos discos que presentará este viernes en La [2] de Apolo

Jesse Malin

Jesse Malin / periodico

JUAN MANUEL FREIRE / BARCELONA

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Después de pasar cinco años sin lanzar disco, Jesse Malin, rockero neoyorquino de culto merecido, decidió el año pasado publicar dos en menos de seis meses: ‘New York before the war’ y ‘Outsiders’, que el viernes presentará en La [2] de Apolo (21.00 h.). ¿A qué se debe ese extraño ritmo de trabajo? “Bueno, no es una sola cosa, fueron muchas… Es largo de explicar”. Pero nos lo trata de explicar, pese a todo: “Mi padre murió, entré en una especie de bloqueo creativo, me empecé a hacer toda clase de preguntas sobre mi oficio”.

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Pero nunca dejó de hacer canciones. Algunas de ellas, las que más hablaban de su hogar, las reservó para ‘New York before the war’, que grabó en parte en el estudio Magic Shop, “donde Bowie hizo su disco secreto; tristemente, van a cerrarlo”. Es un disco sobre su ciudad, pero en realidad toca temas que se pueden extender a todo el mundo. “Es un disco importante para mí. He estado observando cómo funcionan ahora las cosas en esta ciudad, y no sé si me gusta. Todo es temporal, todo se puede tirar: las fotos, las canciones, todo. Me gustaría que la gente volviera a fijarse en lo que tiene delante y valorara la música como yo y mis amigos la valorábamos en nuestra juventud”. Igual tiene que valorarlo desde otra ciudad: Brooklyn, por ejemplo, se ha puesto por las nubes. “Yo no tengo ese problema porque tengo conexiones que me permiten alquileres baratos”, cuenta. Y se ríe un poco.

El segundo disco, ‘Outsiders’, es menos 'de concepto' y más una colección de canciones. La mejor, ‘Here’s the situation’, cuenta con ayuda de J Mascis de Dinosaur Jr. “Es vecino mío. Vive en el piso de arriba -quizá también pague renta antigua-. Hace poco canté en un concierto de 30º aniversario de su grupo junto a Jeff Tweedy de Wilco. Fue una pasada. Somos colegas y nos cambiamos favores”.

PASADO CON RYAN ADAMS

Escuchamos hablar del rocker Jesse Malin, sobre todo, a principios de los dosmiles, en parte por su cercanía con el célebre Ryan Adams. Ambos llegaron a formar un grupo, The Finger, en el que reconectaban con sus raíces hardcore: Adams empezó con The Patty Duke Syndrome y Malin con Heart Attack, conocidos a principios de los 80 como la banda punk más joven de Nueva York (él tenía 12 años por entonces).

El primer bolo del primer grupo de Malin fue en una noche de audiciones del mítico club CBGB. El relato es impagable: “Sí, te dejaban tocar los lunes por la noche. Y si les gustabas, igual te volvían a fichar. Llegamos ahí y todo nos dio miedo. Olía fatal, una mezcla de alcohol y meado. Ese escenario, el de Blondie, los Ramones, Talking Heads, era un poco aterrador. Tocamos pero no volvieron a traernos; nos dijeron que habíamos suspendido por no atraer a los suficientes borrachos con nuestro ruido”.

 Malin no tiró la toalla y a los 14 -han leído bien- publicó un primer single con Heart Attack de título descreído: ‘God is dead’, 'Dios está muerto’. Tras su disolución llegaron los glam-punk D Generation, con los que publicará en junio su primer disco desde 1999. “Somos los mismos cinco de siempre. Suena muy crudo y auténtico”, asegura. 

Como puro rockero neoyorquino que es, su participación en la serie ‘Vinyl’ de Scorsese parece lógica. “Hago de Johnny Ramone, aunque por desgracia, solo es la voz”.

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