«Odio que los políticos nos crean tan idiotas»

El director de Girona presentó ayer Murieron por encima de sus posibilidades, una enloquecida comedia sobre la situación económica de nuestro país protagonizada por un lujoso reparto.

-¿Por qué decidió hacer una película sobre la crisis?

-Hace un par de años rodé un corto llamado La matança del porc; es el testimonio de un cineasta amateur que en su día grabó con su cámara las primeras elecciones democráticas. El hombre me explicó sus planes para matar a los banqueros a tiros, y me di cuenta de que era interesante hacer una ficción con esa fantasía porque, además, mucha gente la comparte.

-¿Y por qué decidió hacer una comedia?

-Primero pensé en hacer un drama llamado Austeridad, pero me di cuenta de que sería mejor dejarle esa tarea a Jaime Rosales porque a mí me apetecía más una comedia. A veces subestimamos la risa como elemento inspirador de pensamiento. Además, España es un esperpento, y la mejor forma de retratarla es con un esperpento, pero uno que ya no es el espejo deformante del que hablaba Valle-Inclán. El país ya está suficientemente deformado.

-Ha rodado la película a intervalos durante dos años. ¿Por qué un proceso de producción tan inusual?

-Quise empezar a rodar cuanto antes en lugar de esperar a obtener subvención alguna. Todos hemos invertido trabajo y dinero, y si hay beneficios los repartiremos entre todos. Quería hacer la película lo más rápido posible para ser capaz de capturar nuestro tiempo. Además, era un momento que invitaba a que dejáramos de hacer cine, y pensé que la mejor manera de luchar contra eso sería ponerme manos a la obra de inmediato.

-Es su primera comedia y la primera vocacionalmente comercial. ¿La considera un aparte en su carrera?

-No, mi plan es seguir haciendo películas muy distintas entre sí. ¿Verdad que quien más quien menos escucha un rato a los Beatles, otro a Nina Simone, otro a Shakira y otro a Albert Pla? Pues, del mismo modo, yo soy igual de omnívoro como espectador y como cineasta. No he hecho esta película con ánimo de ir a la contra, no trabajo así. Si tuviera un público masivo quizás sentiría la presión de tener que desafiar expectativas creadas, pero mis pelis las han visto tres personas.

-Su película se toma las cosas a risa pero a la vez es cine muy cabreado. A usted, ¿qué es lo que más le cabrea?

-El autoengaño y la corrupción moral, que está encarnada en asuntos como la amnistía fiscal. La amnistía fiscal es un síntoma de podredumbre máxima; con ella el país da una imagen patética, y se invita a una mayor corrupción económica pero sobre todo ética. Me molesta que los políticos crean que somos tan idiotas.

-¿Y qué opina del referéndum en Catalunya?

-Me da la sensación de que nos señalan la luna para que no nos demos cuenta de que nos están metiendo la mano en la cartera. Nos la han metido doblada, muy hasta el fondo. Lo que está pasando en Catalunya me da mucha vergüenza.