EL CATALÀ DE L'ANY. LOS FINALISTAS / 6

Isabel Coixet: la cineasta luchadora y reivindicativa que cruza fronteras

La triunfadora de los últimos Goya es la realizadora más internacional de la industria española

La cineasta Isabel Coixet, triunfadora de los últimos premios Goya con 'La librería'

La cineasta Isabel Coixet, triunfadora de los últimos premios Goya con 'La librería' / RICARD CUGAT

Olga Pereda

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Si cumple su palabra, Isabel Coixet aparecerá en pijama en la próxima gala de los premios Goya. Le aburre maquillarse, así que se dará un par de pinceladas en las mejillas y estará lista para pisar la alfombra roja. Con ese gesto, la cineasta más internacional de la industria española quiere lanzar su propio grito de guerra contra determinadas dictaduras, la del vestidito y el taconcito. De hecho, en febrero, propuso a todas sus colegas acudir a los Goya en pijama. “¿No iba a ser una fiesta reivindicativa para la mujer? Pues hagamos algo verdaderamente revolucionario”, las animó. Su propuesta, sin embargo, cayó en saco roto y finalmente actrices, directoras y guionistas optaron por lucir sus mejores galas. Eso sí, acompañadas de un abanico en el que se leía 'Más mujeres'.

Aquella noche, Coixet fue la gran triunfadora. Conquistó el Goya a la mejor película, dirección y guión adaptado con 'La librería'. De todos los personajes que ha creado, Florence es con el que más se identifica la realizadora barcelonesa: una mujer sola frente al mundo, una viuda de la segunda guerra mundial que se empeña en montar una librería en un pequeño pueblo y se gana la enemistad de las fuerzas vivas. Crítica con el movimiento independentista (y también con el Gobierno del PP), Coixet se ha sentido este último año desanimada. “Enfadada, apenada, angustiada y dolorida”, pero con el firme propósito de no venirse abajo, de no rendirse, de seguir proclamando que se siente “catalana, española, europea y de mi barrio, Gràcia”.

El refugio de la cultura

En tiempos convulsos, lo mejor es encontrar un refugio. Y para Coixet, ese refugio es la cultura, sinónimo de vida. “Es una ventana, un camino, una puerta gracias a la cual conoces a los demás y a ti mismo. Puertas por las que entras en la Historia y sabes de dónde venimos, dónde estamos y hacia dónde vamos”. Ni en un cine ni rodeado de libros uno se puede encontrar solo. Coixet ha soñado muchas veces con montar una librería. Incluso llegó a mirar algún local en Barcelona, pero la falta de tiempo pesó más.

Siempre se ha tomado en serio los libros. Desde que era una niña empollona y con gafas (con 12 años intentó ponerse lentillas y fue una misión imposible). Cuando se ponía a leer y pasaba de fregar los cacharros en casa después de comer, su padre, obrero, la reñía. Pero la madre le decía: “Deja a la niña que lea, que para algo le servirá”. Y tanto. Tras unos inicios en el mundo de la publicidad (¿se acuerdan del olor de las nubes?) rodó su primera película con 25 años y empezó a labrarse una carrera como cineasta. Hoy su nombre traspasa fronteras. Especialmente querida es en el festival de Berlín, donde acudió por primera vez en 1997 con 'Cosas que nunca te dije'. Repitió con 'Mi vida sin mí' (2003), 'Elegy' (2008) y 'Nadie quiere la noche' (2015). En 2009, además, fue miembro del jurado.

Fobia social

Puede que Coixet escriba y dirija historias que llegan al alma de los espectadores. Puede que se haya codeado con estrellas internacionales (la última, Bill Nighy, al que regaló tres botellas de aceite y una camiseta del Barça para convencerle de protagonizar 'La librería'). Puede que sea la cineasta española más internacional. Pero asume que tiene nula capacidad para dar discursos en público. “Soy directora de cine. No soy actriz ni cómica. Muchas personas tenemos alergia a lo social. Fobia social, vamos. En una conversación puedo ser coherente, pero cuando tengo que hablar en público me sudan las manos, me bloqueo. Esto le pasa a mucha gente”, explicó en el 2016, cuando la Academia de Cine lanzó un controvertido vídeo promocional de los Goya en el que se burlaba de sus (habituales) titubeos en el estrado. “Calificar mi comportamiento de ridículo me pareció fatal. Fue meterse conmigo de una manera gratuita y fea”, comentó a El PERIÓDICO muy indignada.  Días después, el presentador de la gala, Dani Rovira, le pidió disculpas. Y ella las aceptó. Coixet no es rencorosa. Es amable, cercana y tiene un trato exquisito. Es, básicamente, una luchadora.

Radiografía

Nacida en Barcelona en 1960, Coixet apuntaba maneras de cineasta desde que era niña. El regalo que más ilusión le hizo el día de su primera comunión fue una <strong>cámara 8 mm</strong>. Se licenció en Historia y la publicidad fue su gran escuela. Y lo sigue siendo. En diciembre dirigió el anuncio navideño de Campofrío. Con 25 años sacó adelante su primera película, 'Demasiado viejo para morir joven'. Con la segunda, 'Cosas que nunca te dije', pisó el festival de cine de Berlín, que desde entonces la venera. El cine de superhéroes le da cierta urticaria. Madre de una hija de 21 años, siempre apuesta por las <strong>historias intimistas y comprometidas</strong>. Sus protagonistas son casi siempre buenas personas a las que les va “como el culo”. La vida misma. Enamorada de Japón, Coixet no solo se pone detrás de las cámaras para rodar historias de ficción. También ha filmado el trabajo de artistas y ha radiografiado España ('Spain in a day') con los vídeos que le mandaron miles de ciudadanos anónimos.