INTERFERENCIAS

Sónar 2017: brujería, lotería y mucha tontería

Un día en el festival: de Yves Tumor a Kinder Malo, Pimp Flaco y el ventilador de Stubhub

Un momento de la actuación de Yung  Beef en el Sónar 2017.

Un momento de la actuación de Yung Beef en el Sónar 2017. / periodico

NANDO CRUZ

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ENTRE LA RAVE Y EL VUDÚ

Decíamos ayer que resulta difícil imponer tu carácter en entornos tan alienantes como un gran festival, pero el descomunal Yves Tumor se bastó él solísimo para perpetrar un directo de ruidismo industrial extremo donde su voz, saturada hasta la inclemencia y deshumanizada para que pareciera aún más animal, fue la gran protagonista. Bajó al foso a sudar con el público, generando un clima entre rave punk y rito vudú. Cayó al suelo medio muerto, pero el público lo levantó a pulso y lo devolvió a la vida. Violento y sexual, generó una revuelta de la nada al grito de ‘I love you’. Death Grips ya no están solos.


KINDER MALO - YUNG BEEF, PEOR

Los conciertos de trap español son una lotería. Y el mejor modo de cuestionar el desastre de Yung Beef (sustituyó perreo por berreo y arruinó todo el potencial de su repertorio) es compararlo con el que de Kinder Malo Pimp Flaco 20 horas después. El escenario también era un caos, pero allí había un guión e intención. “Me da igual que me digan que hago bien o mal”, cantó Pimp Flaco en el momento más emocionante. Un chavalín con gorra de Wiz Khalifa cerró el whatsapp y prendió el mechero para dar más ternura a la escena. Entre las primeras filas más jóvenes que se hayan visto en Sónar, un barbudo treintañero alzó el pulgar tras los generosos freestyles finales de Kinder Malo y sentenció: 'respect'. Memorable,sí.


LA TÓMBOLA EÓLICA

Cosas que no puedes ni imaginar que existen si hace años que no vas el Sónar. Los chiringuitos de las marcas son más grandes que los escenarios de muchos pequeños festivales. En el de Stubhub, un portal de compra-venta de entradas propiedad de eBay, tienen una cabina dentro de la cual hay cientos de tiquets. El paseante entra en ella y un ventilador hace que todos los tiquets vuelen a su alrededor a gran velocidad. Si logra cazar alguno al vuelo, suyo es. A la salida le darán el premio que marque el código QR. Ni siquiera son entradas para conciertos. Una chica sale eufórica. ¡Le ha tocado un llavero con localizador!